La primera dieta moderna se conoce desde hace más de 100 años, cuando un doctor inglés publicó una guía para mantener un cuerpo saludable y en forma. Lo que es increíble es que el tono con el que le hablaba al lector es bastante similar al de hoy, condescendiente y amigable. Los libros actuales de dietas y de autoayuda siguen una línea con más de un siglo de antigüedad y aunque muchos de los métodos de ese primer libro ya no son válidos, muchos pueden entender cómo es que se volvió uno de los libros más vendidos de su época.

Hoy se ha demostrado que muchas de las dietas estrictas son un fraude, que lo que realmente funciona es comer saludable y en porciones controladas, pero si algo se ha demostrado es que durante las comidas también debes comer colaciones y una de las más recomendadas son las almendras.

Estos frutos tienen muchos beneficios para la salud: regulan el sistema cardiovascular, el colesterol, previenen la osteoporosis, previenen la diabetes al nivelar los niveles de glucosa, son ricas en proteínas y grasas monosaturadas que son buenas para el organismo. Por eso hay que saber cómo comer almendras constantemente y de una forma creativa.  

En un licuado

La bebida por excelencia para los amantes del ejercicio y quienes tienen poco tiempo. Aunque un desayuno completo, que se come con tiempo, es siempre la mejor opción, estos licuados pueden aportar gran parte de la energía y calorías que necesitas para iniciar el día.

• Mezcla en la licuadora un plátano, almendras, un poco de avena, leche y miel. El sabor de la miel con las frutas hará que no pierda el sabor y ganarás todos los nutrientes de las frutas.   
  

Como un postre

El postre no es una necesidad física, sino cultural. Pero eso no evita que a veces, cuando terminas de comer, mueras por algo dulce. Así que lo que puedes hacer es tomar una colación dulce.

 Lo que necesitas es un postre que sea delicioso, fácil de hacer y que no sea una bomba de azúcar o grasa.

• Con unas cuantas almendras asadas y una mezcla de canela o azúcar morena mezclada con muy poca sal puedes tener un postre realmente envidiable, sólo recuerda hornearlas unos cinco minutos de cada lado.   
  

Como mantequilla

Sabemos que las almendras no suelen ser muy baratas. Pero si puedes hacer tu propia mantequilla de almendra, no lo dudes ni un momento.

• Pon almendras, sal, extracto de vainilla y canela en una licuadora y úsala a un nivel medio para deshacer todas las almendras, pero no licuarlas completamente. Los aceites de las almendras ayudarán a crear una pasta similar a la mantequilla que puedes usar para comer piezas de pan o bagles que todos envidiarán.   
  

Estos métodos te ayudarán a variar esas colaciones que muchas veces implican comer unas cuantas almendras diarias y que a la larga puede ser molesto o aburrido. A pesar de eso, nunca dejes de comerlas de forma natural, recuerda que la naturaleza es sabia y por una razón ha hecho las almendras tan nutritivas y deliciosas.