El agua es el ingrediente principal de la cerveza. Si el agua no cumple con los requisitos de calidad durante el proceso de elaboración, es imposible lograr una buena cerveza. La calidad del agua repercute en el aroma, sabor y color de la cerveza, y además puede representar un riesgo para la salud de todos los que la consumen.

El agua es aparentemente simple, pero sus componentes pueden afectar de manera irreversible la calidad de la cerveza terminada. Los efectos del pH, la alcalinidad, dureza, nitritos, calcio, sodio y magnesio, pueden ser apenas perceptibles, o dramáticos. Hay que conocer muy bien las características del agua que se utiliza en el proceso de elaboración para poder realizar ajustes y lograr la mejor agua para elaboración de cerveza.

¿Cómo tiene que ser el agua cervecera?

  • Tiene que ser potable.
  • No debe tener exceso de sales.
  • No debe tener olores y sabores extraños.
  • No debe tener materia orgánica.
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¿Cuáles son los mejores tipos de agua?

Algunos cerveceros cuentan con agua de red, otros con agua de pozo, también de manantiales y hasta utilizan agua de lluvia. Ningún tipo de agua es perfecta.

Los distintos tipos de agua tienen un efecto directo en la calidad de la cerveza:

  • Las aguas blandas son indicadas para crear cervezas tipo Pilsen y Lager.
  • Las aguas semiblandas son muy adecuadas para la fabricación de cervezas tipo Ale.
  • Las aguas duras son buena base para las Pale Ale o las Indian Pale Ale.
  • Las aguas muy duras son excelentes para cervezas tipo Bock, München y Porter.

Sólo con análisis químicos se puede conocer con exactitud las características del agua. Los emprendimientos cerveceros se basan en los resultados de los análisis para realizar los ajustes y adaptar la producción de cerveza para lograr los mejores resultados en los estilos deseados.

La magia de la cerveza, entonces… está en el agua.