A veces elegimos vivir en la sombra del desconocimiento, ignorar lo que está a la vista para no enfrentarnos a la verdad. Nos cuesta trabajo entender que tal vez no somos tan buenos y bienintencionados como queremos creerlo, pero si nos dicen algo que estamos haciendo mal, rápidamente saltamos a defender lo indefendible.

Hace poco una frase comenzó a circular por redes sociales:

“No puedes comer carne y llamarte un ambientalista. Punto”.

Y es la realidad. Alguien puede luchar por los derechos de los animales, consumir sólo carne de animales que vivieron una vida digna, puede reciclar la basura mejor que nadie y tener una composta en casa, pero si consumen carne, están dañando al planeta de manera irreversible”.

Lo que comes también determina tu compromiso con el planeta, por ejemplo con reducir la contaminación por plásticos, o revertir calentamiento global.


Esa es la realidad que muchos prefieren pasar por alto. Por un lado, con acciones pequeñas ayudan al planeta “a su manera” pero por el otro, continúan consumiendo productos que están acabando con el medio ambiente.

Las personas normales no gastan ni el 10 % del total del agua que se desperdicia en el planeta, tampoco contaminan tanto, pero si apoyas a estas industrias que desperdician gran parte del agua potable, debes saber que eres parte del problema.

Cordero

Cada kilogramo de cordero consumido produce 22.9 kilogramos de emisiones. Intenta darle un sentido visual a eso. Todo lo que hay detrás de un kilo de cordero que compras en el supermercado. Estamos gastando recursos innecesario para que alguien disfrute un alimento que a final de cuentas es un capricho, pues los nutrientes los puede conseguir de otros alimentos.

Carne de res

Existe la disputa entre qué contamina más, si la carne de cordero o la de res. Un estudio dice que cada kilogramo de res produce 26.5 kilos de emisiones de carbono. Lo que es aún más preocupante, se necesitan más de mil galones de agua para producir un filete de carne, mientras que sólo se necesitan 25 galones para producir la misma cantidad de vegetales.

Mantequilla

Un kilo de mantequilla equivale a 12 kilos de emisiones de carbono. Puede ser la mitad del cordero o la res, pero sin duda sigue siendo una pesadilla para los ambientalistas. Insalubre y contaminante, la mantequilla no ha desaparecido, pero sí ha bajado su nivel de producción debido a que antes se abusaba de ella y ahora sólo se usa cuando es completamente necesario.

Espárragos


A pesar de que hay otros animales que producen muchas más emisiones de carbono, es importante notar que algunos vegetales se acercan, como los espárragos. Cada kilo de espárragos crea 8.9 kilos de emisiones de carbono, pero, ¿por qué? Se trata del método de distribución. Países europeos y Estados Unidos son amantes de este alimento que crece primordialmente en América Latina, por lo que exportarlo conlleva viajes en avión que incrementan las emisiones de carbono.

Almendras


Llegamos al alimento polémico. Las almendras son uno de los alimentos más sanos que puedes comer. Una pequeña almendra tiene vitaminas, minerales y grasas que ayudan a tu cuerpo a rendir todo el día. El problema es que esa pequeña almendra necesita 1.1 galones de agua para crecer, y nunca consumes una sola almendra. Estos alimentos son buenos para nosotros, pero también debemos pensar de dónde viene y todo lo que sucede para que podamos ponerlo en nuestro plato.

El consumo ético y responsable no se debe limitar al sufrimiento de un animal, sino a todo el proceso detrás de cada cosa que comemos. Si es malo para el medio ambiente, debemos encontrar la forma de consumir sólo lo que ocupe menos recursos.

Fuente:

CNN

PETA