La educación ambiental es una de las mejores formas de proteger el planeta a largo plazo. Los niños, creciendo en un mundo cada vez más contaminado y gris, deben aprender desde pequeños la realidad de su entorno para así tener las armas necesarias para combatir el problema cuando sea su momento.

Pero no sólo se trata de enseñarles a cuidar el planeta cuando sean grandes. La educación ambiental es una asignatura que puede dejar muchas recompensas, ya sea para quienes la toman, la naturaleza e incluso la sociedad.

Impacta fuera del salón

La discusión de si las matemáticas sirven fuera de clase siempre estará presente, pero la educación ambiental es algo que desde el primer momento da resultados. Los alumnos aprenden a reciclar, a cuidar el planeta, algunos incluso tienen lecciones de jardinería que sirven para toda la vida, tanto como el plantar un árbol que es una de las metas de cualquier persona.

Promueve el pensamiento crítico

Este tipo de educación es teórica y práctica, por lo que los alumnos, si se interesan, comienzan a investigar por su parte. Se les enseña a cuestionar distintas formas de pensar y trabajar, así como se les apoya para que busquen o imaginen nuevas soluciones a problemas antiquísimos.

Se promueve la tolerancia y el respeto

Empezando por el planeta, pero se convierte en algo que sirve para promover el respeto a otras personas y otras culturas. La educación ambiental se relaciona con la geografía, la ética, la historia y más. Nos enseña que somos parte de un todo, individuos en sociedad y que debemos luchar por un mejor mañana.

Acerca a los alumnos a la naturaleza

Aprender a cuidarla implica conocerla a fondo. En una época en la que lo digital nos consume, salir al campo, conocer los árboles, buscar en la tierra y más se han convertido en lujos más que en obligaciones, por lo que enseñarle a los niños a entrar en contacto con la naturaleza se convierte en algo invaluable.

Predica un estilo de vida saludable

La educación ambiental promueve una vida con dietas saludables, muchas veces vegetarianas y a veces veganas. Los niños pueden aprender el impacto que el ganado, la tala y más tienen sobre la Tierra y cómo eso está agotando los recursos. Les enseña que sólo hay un planeta y cada decisión individual cuenta.

La vida es difícil, pero la educación ambiental es un rayo de luz que nos dice que desde pequeños podemos comenzar a generar un impacto positivo, que no debemos conformarnos con el presente que tenemos y que todos juntos podemos revertir la situación por más gris que se vea.

Fuente:

PLT