Ya es noticia: Bolsonaro autoriza envío del ejército para combatir deforestación en Amazonía. Esta orden surge apenas dos meses después de haber retirado a los militares de esa zona. Influye la renuncia de su ministro del Ambiente.

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Un decreto oficial para el envío de tropas militares

La indicación es que los efectivos castrenses se dirijan a los estados de Amazonas, Rondonia, Mato Grossi y Pará. Sucede que la misión es detener la deforestación intensiva, usando ahora la fuerza pública para ello.

Ya es la tercera vez que Bolsonaro manda tropas a la geografía de la Amazonía. La ocasión más reciente fue en el marco de la llamada “Operación Brasil Verde”, la cual se concretó en abril. No obstante, hay objeciones a estas acciones.

¿Cuáles son las objeciones? Pues, se dice que el personal militar no está entrenado para estas acciones. No se trata de acciones tipo comando, sino que vigilar una extensa zona selvática y evitar su destrucción.

Esto sucede en medio de un llamado de EEUU a frenar el cambio climático. Las recientes estadísticas muestran que están muriendo los árboles amazónicos, lo cual afecta el equilibrio ecológico mundial. Se trata de algo que preocupa a todos.

La deforestación amazónica aumenta año tras año

Además, se acaban de aprobar leyes que desencadenan protestas de indígenas en Brasilia. Ocurre que estas normas jurídicas dan prioridad a quienes expolian recursos de la selva, dejando tras de sí un rastro de deforestación.

Esta deforestación es protagonizada por la tala ilegal, que además se lleva a cabo en inmediaciones de los manantiales. Todo esto ha levantado alertas en universidades y grupos ecológicos brasileños. ¡Y críticas a Bolsonaro!

Lastimosamente, tan amplia región selvática es complicada de monitorear. Se añade que las últimas leyes impiden destruir, o confiscar, tanto herramientas como materiales usados para la tala. Asimismo, aumentan las empresas en la Amazonía.

Se agrega una presión de EEUU: esta nación ha dicho que solo apoyará la economía brasileña si esta nación salvaguarda sus espacios verdes. Por lo tanto, hay una buena suma de factores involucrados en este asunto.

El Ministro del Ambiente presentó su renuncia

Sucede que el Ministro Ricardo Salles prefirió dimitir ante las duras críticas recibidas. Muchos los tildaban de débil, de no hacer frente a la acción de la tala ilegal. Las recientes protestas en zonas de la selva lo obligaron a retirarse del cargo.

Resta decir que los efectivos militares se desplegaran en las regiones donde la tala es más intensa. Empero, parece ser solo una medida coyuntural. Tarde o temprano la actividad de tala ilegal regresa y causa estragos.

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¿Los militares podrán controlar la deforestación? Pues, en realidad lo que se necesita es un cambio en la economía; dejar de considerar rentable el saqueo de la naturaleza.

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