Los bosques no deben estar alejados de las grandes ciudades, sino todo lo contrario, deben integrarse para lograr ciudades sustentables en el tiempo. Te invitamos a que los conozcas.

Contexto climático

El incremento en las temperaturas, la concentración de contaminantes en el agua, aire y suelo y la disminución en la calidad de vida de las personas son efectos que se ven potenciados en los contextos urbanos de las ciudades. En este escenario, te invitamos a que conozcas los bosques urbanos, una solución basada en la naturaleza y que serán una de las grandes estrategias para construir ciudades más resilientes.

El mundo actual asiste a un fenómeno denominado “patología urbana”, un malestar generado por el ambiente caótico de la ciudad, por el tráfico, el ruido, los desechos y la polución. Este estrés provocado por la vida urbana puede reflejarse en intolerancia, agresión, actos de violencia y depresión en los ciudadanos.

El verde de la naturaleza, gracias a la conexión emocional, juega un rol fundamental en contra del estrés en las urbes y nos permite estar conectados con los ritmos fundamentales de la vida. La tarea ahora es la de encontrar la manera de modificar nuestro entorno según los conceptos de equilibrio entre lo natural y lo artificial, para recuperar los lazos con el contexto ambiental natural, con la finalidad de poder vivir en ciudades más confortables.

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La naturaleza en la ciudad

Son nuestros pulmones, brindan refugio a diversas especies y sin ellos, nuestras sociedades no obtendrían alimentos para la subsistencia. Sin duda alguna, los árboles son nuestros protectores, nuestros cuidadores y trascienden el tiempo de generación en generación. Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando cada árbol interacciona con otros seres vivos? ¿Qué efectos generan al vincularse ecologicamente con especies herbáceas, arbustivas, enredaderas, hongos o polinizadores? Estas preguntas nos orientarán a descubrir el valor de los bosques urbanos.

Pero… ¿qué entendemos por bosques urbanos? Como primera aproximación conceptual se los definiría como espacios de naturaleza en las ciudades, que incluye a todos los sitios verdes (de dominios públicos y privados) un área urbana y periurbana. Tales espacios pueden ser jardines botánicos, parques, plazas, plazoletas, terrazas verdes, jardines verticales y de interiores como así también la vegetación presente en espacios privados como residencias, áreas naturales, entre otros.

Quien ha vivido en grandes centros urbanos, distanciados de estos pulmones verdes, habrá experimentado la necesidad de transitar por estos patrimonios culturales y biológicos emplazados en las ciudades. No obstante, estas oportunidades están tendiendo a disminuir para un mayor número de personas debido a múltiples factores a saber:

  • Deforestaciones urbanas.
  • Avance de infraestructura gris sobre espacios naturalizados.
  • Invasión de especies exóticas que desplazan a especies más débiles.

Se estima que la mitad de la humanidad, más 3.500 millones de personas, vive hoy en día en las ciudades y se prevé que esta cifra aumentará a 5.000 millones para el año 2030. No sólo eso, actualmente las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.

Construyamos nuestros bosques urbanos

El desafío en nuestros tiempos es planificar, diseñar y ejecutar ciudades más inclusivas, adaptativas y resilientes frente a las amenazas climáticas, y es en este escenario, que los árboles en particular y los bosques urbanos en su conjunto, contribuyen a contrarrestar las consecuencias ambientales, sociales y económicas del cambio climático. Para ello, podemos establecer las bases mínimas que deberán garantizar los bosques urbanos para que sean sustentables para las próximas generaciones.

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  • Mínima intervención en los espacios naturales existentes
  • Equilibrio entre lo artificial y lo natural.
  • Maximización de los bienes, funciones y servicios ambientales
  • Gran biodiversidad
  • Máxima conservación y aporte a los ciclos naturales (agua, nutrientes, etc)
  • Conservación del patrimonio natural y cultural de la comunidad.

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