*Por Ana Azuela

“¡Que calor!”, es una expresión cada vez más común durante casi todo el año. Si llevas ya tiempo viviendo en tu ciudad, seguro habrás notado que los veranos cada vez son más calientes y que la época de lluvias es impredecible.

Científicos de todo el mundo han investigado los efectos y orígenes de las olas de calor en las últimas décadas, la formación de huracanes y tormentas intensas y los escenarios futuros que esta tendencia nos traerá. Al igual que ellos, cientos de organizaciones de la sociedad civil se han pronunciado al respecto.

Desde Greenpeace, no nos hemos quedado atrás y hemos puesto la mitigación del cambio climático como uno de nuestros pilares fundamentales. Gracias a nuestra presencia en 57 regiones del planeta, hemos demostrado con estudios científicos y ambientales las otras caras del cambio climático: la inequidad, la injusticia y la destrucción.

Este fenómeno pasó de ser un debate a mediados de siglo a un consenso científico inequívoco, e incluso a ser catalogado como una “crisis climática.” Su origen está en el uso de combustibles fósiles, el consumismo y sobre todo, la apatía de los gobiernos e industrias.

Esta crisis climática es la amenaza más grande para la supervivencia humana. Distintos documentos y reportes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) preveen desplazamientos, guerras, escasez alimentaria y un incremento en el precio en los artículos cotidianos a causa del deterioro ambiental ligado al cambio climático.

Mientras los gobiernos sigan destinando recursos a crear infraestructuras y plataformas para combustibles fósiles, la crisis climática no se detendrá.

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¿Aún es posible hacer algo?

Sí. Pero lo primero es no dejarnos engañar con que somos las y los ciudadanos quienes tenemos que resolver la crisis climática como las empresas lo quieren hacer ver. Si quieres saber más de cómo se siente el cambio climático y cómo actuar ante él, da clic aquí.

Todos y todas podemos hacer algo, pero eso no quiere decir que la responsabilidad sea repartida de la misma manera. La legislación de políticas públicas que establecen prácticas responsables con el medio ambiente es tarea de los gobiernos. Ofrecer alternativas de consumo responsable, además de transitar a energías limpias debe dejar de ser un argumento de marketing para las empresas para convertirse en planes de acción corporativos.

En Greenpeace, continuaremos levantando la voz, denunciando a los responsables de esta crisis climática e impulsando propuestas de largo impacto. Somos muchas personas, entre activistas, colaboradoras, científicas, que estamos dando el todo por el todo por el planeta.

Nuestras enfoque va a los problemas de raíz, vamos a donde pocos pueden y decimos lo que muchos preferirían no escuchar. Somos la gente de México que quiere, respeta y honra la maravillosa biodiversidad de este país, somos los que no se detienen para proteger tu futuro.

Conoce cómo sumarte a este movimiento para proteger a la Tierra aquí