Cada seis segundos desapareció un bosque tropical de la talla de un estadio de fútbol en 2019, según datos de la Universidad de Maryland, recogidos por Global Forest Watch. Los países tropicales perdieron 11,9 millones de hectáreas de bosques. De estas, 3,8 millones de hectáreas corresponden a bosques originarios tropicales húmedos, de suma importancia en cuanto a términos de biodiversidad y almacenamiento de carbono se refiere.

El análisis contempla todos los países del mundo que se ubican en los trópicos, cinco de ellos en la región. La pérdida de bosques aumentó un 2,8 % con respecto al año anterior, siendo la tercera tasa más alta desde el inicio del siglo. Brasil encabeza la clasificación mundial con 1 millón 61 mil de hectáreas pérdidas durante el 2019. En segunda posición, a nivel regional, se encuentra Bolivia, seguido por Perú, Colombia y México.

Estas pérdidas conllevan graves consecuencias. "La pérdida de bosques originarios que vimos en 2019 resultó en al menos 1,8 gigatoneladas de emisiones de dióxido de carbono, lo que equivale a les emisiones anuales de 400 millones de automóviles", subrayó a DW Mikaela Weisse, gerente de proyectos de Global Forest Watch.

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Brasil, Bolivia y Paraguay se encuentran entre los diez países del mundo que perdieron más áreas forestales durante la última década.

Brasil, en el top de la clasificación, Bolivia y Perú le siguen en el podio

Brasil es el país que perdió más bosques originarios de los países tropicales en 2019, con más de un tercio de cobertura. Gran parte de ello se debe a los numerosos incendios de agosto de 2019 en la Amazonía y zonas previamente deforestadas para actividades agrícolas o de pastoreo, además del apropiamiento ilegal de tierras, el territorio indígena de los trincheira/bacajá y la amenaza de la minería en los bosques de los territorios de los munduruku y kayapó.

En Bolivia, los incendios arrasaron 290.000 hectáreas de bosques de la provincia de Santa Cruz, el centro de la actividad agropecuaria del país. "La mayoría de los incendios fueron provocados por humanos. El hecho que el Gobierno haya estado promoviendo la expansión agrícola y aflojando las restricciones sobre la quema significa que haya más oportunidades para que los incendios se salgan de control cuando las condiciones meteorológicas lo permiten", recalcó Weisse.

Con la pérdida de 162 mil hectáreas de bosques, Perú se sitúa en el tercer puesto de los países latinoamericanos que más pérdidas de bosques registró en 2019. "La mayor parte de ese aumento se produjo en la región de Ucayali, que se enfrenta a la pérdida de la agricultura a pequeña escala y la tala", dijo Weisse.

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Colombia, cara y cruz de la deforestación

El pasado año también fue el que más pérdidas se registraron en Colombia, antes de los acuerdos de paz con 115 mil hectáreas. Las áreas protegidas fueron las principales perjudicadas. "Tanto en el 2019 como en el primer trimestre del 2020 el Parque Nacional Natural Tinigua y Sierra de La Macarena se mantienen como las áreas más afectadas por la deforestación", dijo a DW Jazmín González de la Oficina de Gestión del Riesgo de Parques Nacionales Naturales de Colombia. Asimismo, "el Parque Natural Nacional de la Serranía de Chiribiquete fue la quinta área protegida más afectada en 2019", agregó, apuntando que actualmente ha subido al tercer puesto.

"La salida de las FARC de ciertas regiones y la poca presencia estatal evidentemente aceleró el proceso de acaparamiento de tierras y la especulación", dijo a DW María Fernanda Valdés, Coordinadora de la Friedrich Ebert Stiftung.

¿Una tendencia fatídica también para este 2020?

Estos datos auguran que los compromisos de los países para reducir la deforestación en 2020 queden en papel mojado a pesar de que "este año vimos algunos ejemplos de acciones de éxito para reducir la deforestación", dijo la experta de Global Forest Watch.

Ello se debe al trabajo conjunto de Gobierno, empresas y sociedad civil, una ecuación que también puede funcionar en otros países como Colombia dónde además "es necesario avanzar en el catastro multipropósito que permita darle el valor real a la tierra y también poner a tributar los predios", apuntó Valdés.

Restringir la propiedad individual de tierras en áreas protegidas favoreciendo la titularización colectiva, así como desarrollar alternativas para las comunidades con actividades agropecuarias y ganaderas sostenibles y pagos por conservación, son otras acciones que propone la experta colombiana para terminar con la deforestación.

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Este final, sin embargo, se aleja con la aparición del coronavirus. "Existe la preocupación de que la recesión económica asociada con COVID-19 lleve a algunos países a relajar las leyes en torno a la deforestación o a invertir en industrias que la perpetran", avanzó Weisse.

No obstante, "desde la Friedrich Ebert Stiftung y el Foro Nacional Ambiental hemos apoyado la propuesta del Ministerio de Ambiente de crear un Plan Nacional de Bosques que cuente con una propuesta integral para llegar a deforestación cero, y que además sea la propuesta más ambiciosa de recuperación poscoronavirus del Gobierno", dijo la experta colombiana.

Fuente: Judit Alonso para DW