Por: Carlos Samayoa, Coordinador de Ciudades Sustentables en Greenpeace México.

Desde mi experiencia muy personal, les cuento que hace 6 años yo usaba todos los días la Avenida Insurgentes para ir a trabajar en mi bici. Entre esquivar coches parados, andar bien a las vivas y soportar la falta de educación vial de mucha gente, siempre soñaba con que hicieran un carril para rodar tranquilo a mi trabajo o de vuelta a casa sin sentir que practicaba un deporte extremo.

Hace ya un rato que no tengo esa ruta diaria, pero cuando se instaló ahí una Ciclovía Emergente, todas las personas que buscamos transformar la ciudad supimos que esa era una oportunidad de oro y que debía quedarse. La experiencia nos ha mostrado que cambiar una calle es mucho más complejo de lo que parece, pero es irrenunciable en la lucha contra el cambio climático.

Ahora, después de casi un año, ante la insistencia continua de Greenpeace México, organizaciones aliadas, colectivos y muchas personas, finalmente el gobierno anunció que la Ciclovía será Permanente.

Me siento muy orgulloso de haber sido parte de la exigencia que logró ese avance. Mi yo de hace 6 años definitivamente se limitaba a soñar, porque no sabía cuál era la forma concreta en que podía hacer un cambio.

Así hay millones de personas que sueñan y que aún deben descubrir que pueden hacer algo. Qué fortuna que todos nosotros seamos parte de esos cambios que poco a poquito van dándonos una nueva realidad.

Como saben, Insurgentes es una de las avenidas más grandes del país y ahora se transformará en una calle completa que servirá como un muy buen caso emblemático que muestre hacia dónde deben ir las ciudades.

Desde el año pasado, realizamos un estudio desde la Coalición Cero Emisiones para medir cuánta gente la usaba. El incremento de ciclistas fue grandísimo. Abrimos un diálogo con el gobierno de la Ciudad de México para demostrar que es una gran opción para que mucha gente se anime a usar su bici como un modo de transporte. También nos pusimos creativos e hicimos notar la importancia de este tipo de infraestructura para el medio ambiente y la salud.

Por supuesto que no podemos pasar por alto las movilizaciones paralelas de muchas personas, principalmente colectivos ciclistas, muchos de ellos de personas repartidoras que han sufrido la violencia que la falta de inclusión de las calles genera. Eso les ha llevado a convertirse en una poderosa voz que exige cambios, entre ellos la seguridad vial. Al final tod@s somos parte de esa gran voz.

En fin, aquí una muestra más de que el poder de la gente es muy grande cuando se canaliza en exigencias concretas. Una vez más veremos cómo una calle que parecía que jamás daría espacio más que a los autos, ahora nos ofrecerá la opción de hacer traslados sustentables e incluso paseos más agradables, conectando a una buena parte de la ciudad.

Si no han pedaleado por ahí, dense una vuelta y celebremos este pasito más en nuestra lucha.