De la especie de delfín "nariz de botella" (Tursiops truncatus), Honey fue apresada en 2005 en la bahía de Taiji. Posteriormente fue vendida a un acuario, donde recientemente murió en un estanque y plena soledad.

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Lo cierto es que muchos delfines padecen este mismo destino. En el caso de Honey, fue mercadeada a un parque marino que luego, en 2018, cerró sus puertas. ¿La causa? La escasa cantidad de visitantes.

Lo dueños del Inubosaki Marine Park Aquarium, paulatinamente, vendieron los animales que exhibían. Al final, en sus instalaciones solo quedaron 46 pingüinos y un delfín.

La situación de Honey fue denunciada en 2018

En el mismo año que cerraron el acuario, se divulgó un video del delfín abandonado en diversos medios. Se veía a Honey en total soledad, nadando en giros en su estanque. El animal mostraba un comportamiento errático.

Muchas personas se hicieron eco. La preocupación por el delfín en soledad fue algo de lo que mucho se habló. No obstante, durante dos años, nadie pudo hacerse cargo de Honey.

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Fuente: Pixabay

Los delfines son animales comunitarios: la soledad los afecta

Los delfines son seres muy especiales. Algunas de sus cualidades las mencionamos en la nota titulada 7 curiosidades sobre los delfines. Son inteligentes, tienen un sistema de comunicación y viven en grandes familias.

El delfín es un mamífero gregario. No es un animal solitario, sino que se desplaza en camadas por mares, lagos y ríos. Todas las especies conviven en grupos, incluyendo las más exóticas como el delfín liso y el delfín rosado del Amazonas.

Honey era una hembra de la especie nariz de botella. Durante más de trece años estuvo confinada en el acuario. Sus dos años finales los sobrevivió sola, lo cual repercutió en su salud. Se la notaba nerviosa, nadando en círculos. Sin duda, urgida de la compañía de otros delfines.

Un llamado a la reflexión y al amor por los animales

Los delfines son animales longevos. En libertad logran alcanzar entre 20 y 35 años. Al estar en cautiverio, pasan hasta los 45 años… Siempre y cuando estén en óptimas condiciones. Pero en soledad, como sucedió con Honey, estos animales empiezan a estresarse, a dejar de alimentarse.

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Nunca se debe tener un animal encerrado y solo, y es importante tomar consciencia de esto.

Comparte la historia de Honey para que todos la conozcan y no se repita con otros animales.

Fuentes:

La Vanguardia