La educación ambiental, una práctica pedagógica en constante transformación, hoy se instala en la agenda como una oportunidad de reflexión. Uno de sus desafíos principales reside en construir nuevos patrones culturales que permitan modificar las formas de relación que los seres humanos tenemos con nosotros mismos y con el ambiente.

Hoy nos preguntamos: ¿Qué papel desempeña la educación ambiental en el contexto de la pandemia del COVID-19? ¿Qué acciones podemos llevar a cabo desde la educación ambiental para una mejor comprensión de la situación actual? ¿Es posible hacer frente a futuras pandemias desde la educación?

La aparición del Covid-19 nos lleva a cuestionarnos los modos en los que convivimos en sociedad y con aquello que nos rodea. Analizamos nuestras modalidades de trabajo, nuestros hábitos alimenticios y nuestras pautas de consumo y descarte. Hoy más que nunca, revisamos cómo impactamos negativamente sobre la naturaleza de la que todos formamos parte y cómo fue que llegamos a este punto de inflexión.

La pandemia no beneficia al ambiente pero sí abre el debate sobre el modelo económico, sobre los sistemas de salud y educación, sobre la capacidad de resiliencia de los sistemas y pone en jaque nuestros valores. Justamente, la educación ambiental busca revisar valores y conceptos para comprender la complejidad de las interrelaciones entre el hombre, la cultura y el ambiente bajo una nueva ética.

¿Qué es la educación ambiental?

Los delegados reunidos en Tbilisi (Georgia) durante la Conferencia Intergubernamental de las Naciones Unidas, acordaron la siguiente definición: “Proceso tendiente a desarrollar una población mundial que esté consciente y preocupada por el ambiente y sus problemas asociados y que tenga los conocimientos, habilidades, actitudes, motivaciones y compromisos para trabajar individual y colectivamente hacia la solución de problemas actuales y la prevención de futuros” (Unesco 1978).

voluntaria juega con niños
La educación ambiental debe tener un carácter interdisciplinario.

Lo significativo de la educación ambiental es su capacidad de favorecer una formación integral, humanista y científica, basada en una visión global de los fenómenos naturales, tecnológicos y socioculturales que conforman el ambiente. Los procesos de educación bajo el paraguas ambiental, requieren abordar temáticas desde una mirada transversal, interdisciplinaria y participativa.

El contexto de la emergencia sanitaria nos invita a repensar el sistema educativo en su totalidad. Nos demuestra que las cuestiones curriculares no pueden trabajarse sin un abordaje que considere la interdependencia (la relación entre seres vivos y el ambiente) y la ecodependencia (la relación entre seres vivos y ecosistemas).

La sociedad puede comenzar a abordar la complejidad de la gestión ambiental sólo si revisa sus conocimientos, valores, actitudes y habilidades de manera responsable para prevenir y resolver las problemáticas socioambientales actuales

Nos encontramos frente a una oportunidad para reconocer oficialmente la educación ambiental como materia necesaria en todas las escuelas. Estas pueden pueden ser protagonistas de la construcción de modos de convivencia más armónicos de la sociedad con su ambiente. Educar para eliminar la distinción hombre-naturaleza y concebir al humano dentro del sistema natural.

Niños participan en una clase levantando la mano.

La educación ambiental es un campo continuamente dinámico que requiere un enfoque interdisciplinario para establecer una nueva relación estructural entre el conocimiento, la práctica y la conducta. Mediante la investigación, la empatía y la acción individual y comunitaria, podemos establecer nuevas formas de relacionarnos orientados al futuro y al concepto de responsabilidad universal.

Queda pendiente buscar oportunidades de aprendizaje que potencien el papel socioambiental de las instituciones educativas y forjen relaciones productivas y duraderas entre los estudiantes de todos los niveles.

La educación es, y siempre será, la base para mejorar la calidad de vida de las personas, promover el desarrollo sostenible y otorgar herramientas necesarias para construir soluciones innovadoras a los grandes problemas del mundo.