El 22 de abril se conmemoró en todo el mundo el ‘Día de la Tierra’, una fecha fijada por la ONU que nos invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad a la hora de proteger el medioambiente y combatir el cambio climático. Sequías, inundaciones, deshielo…y, por supuesto, una pandemia que ha puesto más que nunca de manifiesto la estrecha relación entre la salud humana y la de nuestro planeta, son algunos de sus efectos, cada vez más evidentes en todo el mundo.

En ese sentido, Ipsos ha publicado su estudio anual “Día de la Tierra 2022”. Este informe, realizado entre el 18 de febrero y el 4 de marzo de 2022 en 31 países, revela que, aunque el cambio climático no es la principal preocupación de la población, sí se mantiene en el top 10 de las principales inquietudes de la ciudadanía a nivel global.

Así, el 68% de la población mundial asegura estar preocupada por los efectos del cambio climático en su país. Por su parte, en España, este porcentaje es del 77%, siendo el segundo país europeo más preocupado por este asunto, solo por debajo de Italia (79%). Pero la ciudadanía global mira más allá de sus fronteras y también se muestra preocupada por los efectos del cambio climático en el resto del planeta. De media, 7 de cada 10 personas en todo el mundo están preocupadas por el impacto del cambio climático en otros países.

Individuos, gobiernos y empresas comparten la responsabilidad de cuidar el planeta

A nivel mundial, la ciudadanía es consciente de su propia responsabilidad individual para frenar el cambio climático. De media, el 70% cree que, si no actuamos pronto, habremos fallado a las próximas generaciones, un porcentaje que aumenta en 4 puntos para el caso de España (74%). Sin embargo, la población considera que esta responsabilidad debe ser compartida con las empresas y los gobiernos. A pesar de ello, de media, solo 4 de cada 10 personas consideran que el gobierno de su país tiene un plan claro sobre cómo trabajar conjuntamente para hacer frente al cambio climático y lograr los objetivos del desarrollo sostenible. (un 8% más respecto al 2021).

Esta escasa confianza en que los gobiernos pongan en marcha los planes necesarios para combatir el cambio climático repercute en las expectativas de la ciudadanía sobre el futuro, donde solo algo más de la mitad (57%) confía en que en los próximos 10 años habrá avances significativos en la lucha contra el cambio climático en su país. En España, esta sensación es compartida por el 52% de la población.

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Pero además de en las personas y en los gobiernos, la responsabilidad de cuidar del planeta recae también sobre las empresas. De media, el 68% de la población mundial cree que la responsabilidad de empresas y gobiernos en este asunto es similar. Además, la población considera que los sectores más contaminantes son los que mayor obligación tienen de actuar para combatir el cambio climático, especialmente las empresas energéticas (82%), fabricantes de coches (80%), empresas de transporte público (77%), aerolíneas (77%), fabricantes de artículos para el hogar (74%) y empresas tecnológicas (74%). Por el contrario, los sectores cuyas emisiones de carbono no son tan evidentes, como los servicios financieros y el comercio minorista online, se consideran menos responsables.

Por su parte, la población española considera que los sectores más responsables son las empresas energéticas (84%), las aerolíneas (82%), las fábricas de coches (81%), empresas de transporte público (80%) y las empresas tecnológicas (80%).

La ciudadanía desconoce cuáles son las medidas más efectivas para cuidar el planeta

Aunque la población parece estar cada vez más concienciada sobre la urgencia de actuar con respecto a la crisis climática, esto no se ha traducido en sus hábitos diarios. Cuando se les pregunta por los cambios que probablemente realizarán para combatir el cambio climático durante el próximo año, evitar el exceso de envases sigue encabezando la lista, con un 58% de la población, de media, que afirma que realizará este cambio durante el próximo año, seguido de evitar comprar nuevos productos (54%), ahorrar agua en casa (52%), ahorrar energía en casa (52%), y reciclar cristal, papel y plástico (50%).

La ciudadanía española, en cambio, se muestra más favorable a adoptar medidas como como evitar el exceso de envases (65%), ahorrar energía en casa (59%), caminar o utilizar el transporte público en lugar de un vehículo privado (58%), evitar comprar nuevos productos (57%) y ahorrar agua en casa (57%).

Sin embargo, la población tiene poca intención de cambiar en acciones de mayor impacto, como modificar su dieta hacia un consumo más vegano y evitar los vuelos, aunque desde 2021 han aumentado las expectativas de cambio en estas medidas.

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Detrás de estos hábitos se esconde un desconocimiento generalizado sobre qué acciones son más efectivas para proteger el medioambiente. Así, reciclar (49%), apostar por las energías renovables (30%), reducir los envases (28%), comprar menos bienes o bienes más duraderos (22%) y utilizar el transporte público (22%) son percibidas por la población como las acciones más efectivas para combatir el cambio climático, cuando solamente “apostar por las energías renovables” se encuentra entre las cinco principales acciones para frenar el cambio climático. En cuanto a la medida más importante, no utilizar el coche, solo el 15% de la ciudadanía afirman estar dispuestas a modificar este hábito.

Según Jose Pablo Ferrándiz, Director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos en España: “En España, en comparación con otros países, son una minoría los negacionistas del cambio climático. De hecho, como señala el estudio de Ipsos, somos el segundo país europeo más preocupado por los efectos del calentamiento global. La idea que transmite la mayoría de los ciudadanos es que los comportamientos individuales son una parte de la solución. Es decir, los españoles no somos “quietistas climáticos”, término con el que el filósofo francés Bruno Latour define a quienes confían en que sin hacer nada, todo terminará por solucionarse. El problema es que todavía no tenemos claramente identificados cuáles son esos comportamientos que realmente ayudan a cuidar nuestro planeta. En todo caso, estas conductas y hábitos que los ciudadanos tendrían que adoptar se consideran insuficientes: es necesario que, además de las personas, también los gobiernos y las empresas asuman conjuntamente la responsabilidad. Y eso, según la percepción mayoritaria, todavía no se ha logrado. Si no se actúa de manera urgente, no solo se verá afectado el planeta, también la confianza de los ciudadanos en las instituciones: principalmente en sus Gobiernos y en las empresas”.

Fuente: El Bien Social