Nuevas investigaciones han confirmado que más del 50% de los plásticos del mar provienen de la ropa. Está en nuestras manos ser parte de la solución y ¡es hora de actuar para cambiar esta situación!

De acuerdo con un reciente estudio de la Universidad Rovira i Virgili, la mayor parte de los microplásticos que acaban en el mar y se filtran en los sedimentos marinos de las playas, nacen en nuestra vestimenta. Esto no se limita a España, sino que se reproduce alrededor del mundo.

Es que actualmente, casi el 70% de la ropa que usamos se fabrica con fibras derivadas del petroleo. ¡Vestimos prendas literalmente de plástico!. Esto puedes comprobarlo fácilmente al mirar las etiquetas: si tiene un porcentaje de Poliéster, Nylon, acrílico y/o poliamida, es que tu ropa es plástica.

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¿Cómo llegamos a este punto?

En pocas palabras: porque las empresas buscan ahorrar costos. Producen prendas a precios bajos y con materiales derivados del petroleo, en gran cantidad y así se aseguran vender multitud de piezas que compramos cada temporada a precios accesibles. Y así en cada nueva temporada.

La industria de la moda es la segunda más grande del mundo (¡y la segunda más contaminante!). Según Textile Network, tan solo en 2018 produjo 111 millones de toneladas métricas de tejidos, de los cuales el 71,1% eran sintéticos. Además, debido al cambio de moda cada temporada, muchas de estas prendas terminan en vertederos de ropa que luego llegan a los mares.

El plástico es uno de los materiales que caracterizó el siglo XX en las diferentes industrias. Esto se debe a que es barato de producir y bastante resistente. La dependencia de la moda de los sintéticos surgió entre los años 40 y 50, cuando el Nylon y el Poliéster se posicionaron en el mercado como reemplazos más accesibles que materiales nobles como el algodón, la seda y la lana.

La aceptación que tuvo el plástico durante el siglo pasado sentó las bases para la problemática que vivimos actualmente: la dependencia de un material que se ha vuelto un problema social y medioambiental.

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Un problema medioambiental y de salud humana

La utilización de fibras plásticas es un problema porque proviene de los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático. En ese sentido, el modelo de producción y consumo actual fomentan los intereses individuales, pero van contra el equilibrio del ambiente.

Estos tejidos sintéticos liberan millones de microplásticos que en cada lavado de la ropa llegan a los mares y océanos del mundo, afectando la biodiversidad en los ecosistemas marinos.

La contaminación también representa un problema para la salud de las personas: los plásticos del mar pueden ser consumidos por los humanos mediante alimentos, y además de funcionar como disruptores endócrinos, estos plásticos marinos captan metales pesados que llegan al organismo y pasan fácilmente al sistema nervioso, al hígado o a los riñones, por lo que podrían influir en problemáticas hormonales y de las células del cuerpo.

Por si fuera poco, bebés y niños suelen ser los más proclives a la contaminación por plásticos. Algunos estudios demostraron que los microplásticos pueden llegar a los bebés a través de la placenta de la madre.

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¿Cuál es la solución?

Depende de muchos factores interrelacionados: optar por modos de producción sustentables, pasarse a la economía circular, la moda ecológica y el cambio en los modos de consumo.

Como consumidores tenemos poder de decisión. Nuestras elecciones influyen en el rumbo que eligen los mercados para funcionar a base de oferta y demanda. Aunque pudiera parecer que no, el poder de cambiar las cosas es nuestro.

Te compartimos algunos tips para reducir el consumo de plásticos en tu ropa y armario:

  • Consumir menos: comprar sólo lo necesario e invertir en objetos perdurables.
  • Alquilar prendas de un solo uso en vez de comprarlas nuevas.
  • Elegir comprar en locales o boutiques de segunda mano.
  • Utilizar menos perchas plásticas. Se pueden sustituir por cajas o colgadores, o bien aprovecharlas al máximo, colgando varias prendas.
  • Invertir en buenas medias. Ya que el Nylon es un tipo de plástico, al comprar medias resistentes nos aseguramos que duren más tiempo.
  • Lavar las prendas sólo cuando sea necesario (a excepción de la ropa interior, que se lava luego de cada postura). De este modo evitamos que la ropa libere microplásticos en cada lavado.
  • Reducir el uso de prendas con lentejuelas, ya que son materiales totalmente plásticos.
  • Lavados inteligentes: son mejores los ciclos de lavado cortos y con agua tibia. Además pueden usarse filtros accesibles que se agregan a la lavadora.
  • Antes de comprar cualquier prenda: leer bien la etiqueta y decidir si queremos incorporar más plástico a nuestro guardarropas.

La contaminación por plásticos afecta a todos por igual. Está en nuestras manos elegir mejor y ser responsables con nuestros hábitos de consumo.

Como dice la diseñadora Vivienne Westwood, pionera en moda ecológica: “Compra menos, elige bien, y haz que dure”.

¿Conocías cómo la ropa influye en la contaminación de los mares? ¿Se te ocurren otras alternativas ecológicas?.