A lo largo de 2019, activistas de Greenpeace en Rusia han protestado contra la cárcel de ballenas localizada en la bahía de Srednyaya, al este del país. Finalmente, el 20 de noviembre informaron que 11 orcas y 87 belugas habían sido liberadas exitosamente.

Todo comenzó en octubre de 2018 un medio ruso informó que más de 100 orcas y belugas se encontraban encerradas dentro de pequeños recintos abiertos en la bahía de Srednaya, en la región de Priomorie, 9.000 kilómetros al este de Moscú.

Los animales fueron capturados por una empresa privada y los especialistas especularon que posteriormente serían exportados a China, donde se pueden vender a acuarios y ganar decenas de millones de dólares por ellos.

En noviembre de 2018, drones de Greenpeace tomaron fotografías de las lamentables condiciones en las que mantenían a los cetáceos: confinados a pequeños contenedores de apenas unos pocos metros de cuadrados, privándoles de su libertad a animales que son capaces de nadar 100 kilómetros en un solo día.

Así eran las “celdas” en las que los mantenían:

El rescate

Las protestas y la evidencia recolectada por Greenpeace, así como más de un millón de voluntarios alrededor del mundo, han rendido frutos: el gobierno ruso le ordenó a los captores liberar a todas las ballenas y belugas encerradas.

Sin embargo, los animales sufrieron condiciones crueles y a partir de las fotografías, los expertos de Greenpeace determinaron que algunos de los ejemplares sufrían de sarpullidos, furúnculos, llagas y manchas, causadas por infecciones.

Mantener a cetáceos en cautiverio atenta directamente contra su naturaleza móvil. Nadar libremente les permite a estos animales mantener su temperatura corporal en a las frías aguas rusas, y evitar infecciones en verano. Además, el hacinamiento de las crías, separadas de sus madres, incrementa su mortalidad.Aun así, los animales estuvieron encerrados durante un año y seis meses antes de que los captores cedieran a la presión política.

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Según la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza, las belugas están dentro de la categoría de “Preocupación menor”, pero para las orcas no se tiene información suficiente como para determinar su estado de conservación.

¿Qué pasa ahora?

Las autoridades de la región informaron que crearían un centro de rehabilitación con las condiciones más cercanas posibles a su hábitat natural. Es difícil devolver a estos animales a su vida silvestre una vez que han estado en cautiverio por tanto tiempo, por lo que esta transición es necesaria.

Desde febrero, cuatro compañías involucradas en el caso enfrentan cargos legales por romper leyes de pesca. Greenpeace estima que murieron cuatro belugas y una orca en la prisión.

Fuentes:

Greenpace

The Moscow Times