En 1936 murió el último ejemplar en cautiverio del tigre de Tasmania, dando por extinta a esa especie. Sin embargo, desde entonces han existido rumores de gente que lo ha encontrado en su hábitat natural, pero no han otorgado pruebas fehacientes que lo comprueben. Los verdaderos expertos saben que comprender a estas especies que hoy están desaparecidas y estudiarlas es parte del análisis de ecosistemas que también han desaparecido.

Hoy el estudio genético de animales extintos está más cerca de lo que creemos a lo que antes considerábamos ciencia ficción. En años recientes se ha logrado crear embriones con material genético de la extinta rana rheobatrachus, incluso hay una cabra montesa de los pirineos que se extinguió y se logró recrear genéticamente, y aunque sólo vivió unos minutos, demostró que existe la posibilidad de traer extintos animales de vuelta.

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Ranas y cabras es una cosa, pero mamuts extintos hace casi 5 mil años es otra cosa. Eso es lo que Hendrik Poinar ha estudiado toda su vida y hoy es casi una realidad. Poinar es director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad McMaster en Canadá, y aunque apenas se acerca a los 50 años, es un veterano que al empezar sus estudios en genética, no creía vivir para ver este momento.

Poinar y su equipo han logrado recrear el genoma completo secuenciado del mamut lanudo. Gracias a los avances tecnológicos, es posible procesar gran cantidad de ADN en poco tiempo. Sin embargo, es importante mencionar que a pesar de todo, terminar de secuenciar el ADN del mamut y de otras especies, sólo es posible utilizando material genético de animales cercanos a esa especie. En el caso del mamut, que realmente necesita del elefante asiático para renacer.

Es por ese préstamo genético que no se puede hablar de una clonación, ni siquiera se podría considerar a estos animales la misma versión de los que caminaron por la Tierra hace miles de años, sino híbridos modificados por los humanos. Es por eso que han surgido muchas críticas acerca de este método.

¿Qué esperamos de estos animales? Muchos se extinguieron a causa del hombre, otros debido al cambio climático, por lo que traerlos e intentar integrarlos a ecosistemas en los que no tienen cabida puede no ser una buena idea. Algunos estudiosos del tema, como Britt Wray, alertan sobre los riesgos de la desextinción y consideran que muchas veces estos intentos de revivir animales extintos tienen un fin estético, como “un elefante con un corte de pelo gracioso que puede vivir más al norte”.

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También se pone en tela de juicio que se esté buscando reintroducir animales “nuevos”, en lugar de salvar a los que hoy se encuentran en peligro de extinción. Sin embargo, la búsqueda por regresar animales como el mamut o el tigre de Tasmania continúa, y parece que pronto estos animales creados en laboratorios comenzarán a deambular en lugares donde sus antepasados vivieron. Solo queda esperar que puedan adaptarse y no sean producto de una nueva extinción a causa del ser humano.

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Fuente:

DW

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