No hay mejor forma de cuidar la salud que las aguas termales, de hecho, hay diversos estudios que demuestran sus infinitos beneficios. Descubre por qué se recomienda visitarlas a menudo, especialmente, cuando existen dolencias articulares y problemas respiratorios.

Se han utilizado desde la antigüedad, sobre todo por sus increíbles beneficios. Según su tipo, algunas cuentan con propiedades únicas que son de gran ayuda para las personas que más lo necesitan. A continuación, te mostramos que son, para qué sirven, sus tipos y sus principales beneficios para la salud.

¿Qué son las aguas termales?

Aguas termales

Se trata de masas de agua en estado natural que cuentan con una característica única, posee propiedades de origen mineral obtenidas directamente de la tierra. Según estudios, casi el 55% del agua que se encuentra en la tierra, es considerada agua termal.

También conocida como agua libre de contaminación, es muy rica en una gran variedad de minerales como el magnesio. Siendo este un poderoso antioxidante que beneficia la renovación celular en varias de las capas de la piel.

Del mismo modo, las aguas termales son ricas en cobre, un mineral con propiedades antisépticas y antiinflamatorias. Además, los niveles de calcio y hierro que contiene este tipo de agua son bastante altos, lo que permite fortalecer el sistema óseo y al mismo tiempo, oxigena el cerebro.

Son extraídas, principalmente, del subsuelo, pero también de fuentes termales y algunos manantiales. Aparte de los minerales mencionados hasta ahora, contienen zinc, selenio, manganeso y muchos más. Ahora bien, este tipo de agua es extraída mediante un proceso que no modifica sus propiedades ni el nivel de minerales.

Tipos de aguas termales

Por lo general, las aguas termales se clasifican dependiendo de su composición y temperatura. Conocer el tipo de aguas termales es fundamental, sobre todo, cuando las personas necesitan aliviar alguna dolencia o tratar ciertas enfermedades.

Según su composición:

  • Aguas ferruginosas: se trata de las aguas termales que se componen, en su mayoría, de mineral de hierro.
  • Aguas cloruradas: contienen niveles bastante altos de cloro.
  • Aguas sulfaradas: su concentración de azufre es superior a las proporciones normales.
  • Aguas sulfatadas: son similares a la anterior, pero el azufre se combina con otros minerales como calcio, magnesio, sodio o cloro.
  • Aguas bicarbonatadas: son aguas alcalinas, compuestas en su mayor parte por bicarbonato.

Según su temperatura:

  • Aguas frías: su temperatura suele ser menor de 20 °C.
  • Aguas hipotermales: la temperatura mantiene un mínimo de 20 y un máximo de 35 °C.
  • Aguas mesotermales: mantienen un rango de temperatura entre los 35 y 45 °C.
  • Aguas hipertermales: en este caso, el rango de temperatura varía entre los 45 y los 100 °C.
  • Aguas supertermales: las temperaturas superan los 100 °C.

Aguas termales para qué sirven

Al tratarse de aguas naturales, compuestas por diversos minerales ricos en propiedades curativas. Las aguas termales sirven para calmar muchas dolencias en el cuerpo, tanto internas como externas. Al ser extraídas del subsuelo, las temperaturas suelen ser bastante altas, lo que resulta beneficioso para sanar ciertas enfermedades. Especialmente, cuando hay síntomas como el dolor y la inflamación.

Gracias a sus propiedades, se utilizan como tratamiento terapéutico, siendo los baños las aplicaciones más comunes. Aunque también se utilizan como calefacción, irrigación e inhalación, todo dependerá del tipo de aguas termales y el malestar a tratar.

Los usos de las aguas termales son muy aprovechados en la industria de la cosmética, especialmente, para el cuidado de la piel. Por lo que cada vez más, este tipo de aguas naturales se vuelve más popular, sobre todo en los jóvenes que buscan métodos para relajarse.

Aguas termales beneficios

Aguas termales

Después de saber qué son las aguas termales para qué sirven y sus tipos, ahora es momento de conocer sus increíbles beneficios. Muchos de estos son fundamentales para el cuidado de la salud, sobre todo el de la piel.

Ideal para el cuidado de la piel

Uno de los principales beneficios de las aguas termales, se centra en el cuidado de la piel. Este tipo de agua ayuda a combatir los radicales libres, causantes de diversos daños en la piel que, pueden llegar a favorecer el desarrollo de enfermedades cutáneas.

Asimismo, las “termas” tienen muchas propiedades que permiten prevenir, incluso, revertir los efectos del envejecimiento prematuro. En la actualidad, es posible encontrar una gran variedad de productos cosméticos a base de aguas termales, puesto que sus beneficios antiedad son simplemente fantásticos.

De la misma forma, las aguas extraídas del subsuelo, son eficaces contra distintas enfermedades de la piel. Ya que contienen azufre, un mineral usado en el tratamiento de hongos, rosácea, dermatitis y psoriasis.

Mejora la circulación de la sangre

Otro de los infinitos beneficios es que mejora significativamente la circulación sanguínea. Cuando se combinan baños fríos y calientes, esto permite que los vasos sanguíneos se dilaten. Lo que a su vez, hace que la sangre de las extremidades superiores e inferiores se estimule. Esto es ideal para combatir diferentes problemas como la insuficiencia venosa y alivia el cansancio de las piernas.

Ayuda a eliminar las toxinas en el cuerpo

Para funcionar correctamente, el cuerpo necesita depurarse para eliminar las toxinas que se alojan en su interior. En este sentido, las aguas termales provocan que el organismo empiece a sudar a causa del calor. Esta es la forma más saludable en la que el cuerpo puede depurarse de adentro hacia afuera.

Alivia dolores musculares y articulares

Desde tiempos antiguos, estas aguas han sido utilizadas como tratamiento para dolencias en músculos y articulaciones. De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha reconocido la aplicación de aguas termales en procesos de rehabilitación. Puesto que sirven para tratar distintos tipos de traumatismos e incluso, su uso suele estar recomendado como recuperación de intervenciones quirúrgicas.

Las personas con afecciones reumáticas también pueden verse beneficiadas al sumergirse en aguas termales. Especialmente, reumatismos inflamatorios, crónicos, degenerativos, metabólicos y no articulares.

Estimula el sistema inmune

El uso frecuente de aguas termales no solo mejora, también permite estimular todo el sistema inmune. Lo que es beneficioso, ya que incrementa la producción de hormonas tan importantes como lo son las endorfinas. Aparte, este tipo de aguas subterráneas ayuda a regular el funcionamiento de muchas de las glándulas que se encuentran en el organismo.

Calma las afecciones respiratorias

El vapor producido por las aguas termales puede ayudar a calmar diversas afecciones respiratorias crónicas. Algunas de estas son: la bronquitis crónica, el asma bronquial crónica e incluso, enfermedades causadas por alergias.

Ayuda a relajar el cuerpo

Solo unos pocos minutos bastarán para sentir los increíbles efectos relajantes producto de las aguas termales. Esta es una de las razones por las que muchas personas acuden a terapias basadas en este tipo de técnicas. Puesto que ayuda mantener un momento de relajación y calma, tanto física como mental.

Reduce el estrés y la ansiedad

Los efectos sedantes de las aguas termales son muy útiles para el tratamiento del estrés, la ansiedad y la depresión. Este es uno de los motivos por los que se usan como tratamiento terapéutico, puesto que ayuda a relajar el cuerpo y la mente.

¿Cuáles son las contraindicaciones de las aguas termales?

Aguas termales

Aunque es cierto que los beneficios de las aguas termales son realmente increíbles, hay ciertas contraindicaciones que deben tomarse en cuenta. Esto con la finalidad de mejorar la salud, en lugar de perjudicarla.

Ahora bien, una de las principales contraindicaciones en el uso de las aguas termales, es que aumentan el riesgo de contraer alguna enfermedad infecciosa. Esto puede ocurrir en aguas situadas en entornos naturales y frecuentados por un gran número de personas. Por lo que se recomienda, visitar sitios que garanticen el cuidado de la salud de cada uno de los visitantes.

Asimismo, las personas que padecen hipertensión o cardiopatías, no pueden usar este tipo de agua. Ya que los síntomas de su enfermedad podrían verse aumentado, lo que pondría en riesgo la salud, incluso puede llegar a ser fatal.

Por otro lado, es importante no excederse en el tiempo de uso de los baños termales. Para evitarlo, muchos spas y lugares que ofrecen estos servicios, dan una serie de indicaciones a sus visitantes antes de empezar a usar las aguas termales. De hecho, algunos de estos sitios cuentan con guías y expertos que siempre están atentos a cualquier pregunta o situación que pueda presentarse.

Las aguas termales pueden ser de gran ayuda para el tratamiento de diversas enfermedades. Atrévete a probarlas y disfruta de una experiencia relajante y beneficiosa para la salud.

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Fuentes: Caldaria, Mejor con Salud, Ecología Verde.