Tal vez te resulte muy familiar el hecho de quedarte dormido en el trabajo, o quedarte sin energía en medio de tus clases. Tal vez esto sea por la manera en que funciona tu ciclo de sueño: el tiempo y calidad de tu sueño condiciona tu estilo de vida activo.

Por eso, hoy queremos llamar la atención sobre algunas prácticas que no contribuyen a un sueño reparador, y también consejos bastante prácticos y sencillos que te ayudarán a descansar mejor y, por lo tanto, a tener más energía.

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Usas el celular antes de acostarte

Tampoco lo dejes cerca de tu cama. Esto produce problemas de sueño, concentración y hasta dolores de cabeza, según afirma un estudio del Departamento de Salud Pública de California, debido a las ondas microondas que envían las señales del teléfono sin que te des cuenta. Te recomendamos apagarlo una hora antes de dormir.

Restrasas la hora de dormir

Cuando llegas a casa luego de un día arduo de trabajo, lo más recomendable es descanses. No te atores de asuntos y problemas que te darán más dolor de cabeza. Mantén un horario apropiado de sueño, y si te es posible cumplir con las 8 horas de sueño recomendadas, mejor.

Consumes mucha cafeína

Ya es sabido que la cafeína te inquieta. No debes abusar del café en tu vida diaria, mucho menos de tarde o de noche, cuando ya es casi hora de dormir.

Comes mucho en la cena

Los platos fuertes antes de dormir son algo que debes evitar, lo mismo va con los platos ricos en grasa o los embutidos. Come algo que sea fácil de digerir y que no interrumpa tu ciclo nocturno.

Tomas siestas largas

Es recomendable tomar algunos descansos, pero mantente alerta sobre su duración. No le quites tiempo a tu sueño y se lo des a una siesta. Lo más recomendable es que no duermas más de 20 minutos durante el día.

Organiza tu día, hazlo saludable en todos los aspectos, pero no olvides la importancia de dormir correctamente. Descuidar el sueño puede llevarte a incrementar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, problemas con tu memoria, inestabilidad emocional, debilidad inmunológica y aumento de la presión arterial.

Definitivamente no es algo que quieres tomarte a la ligera.

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