En América Latina sabemos que las culturas y las razas se mezclan. Las creencias son tan antiguas como la tierra y es en ellas donde vive la magia y el misterio de un territorio que nunca deja de sorprender. Podemos estar seguros de conocer cada centímetro de América Latina, pero siempre, sin importar lo lógicos que seamos, escuchamos historias de criaturas tan extrañas que llevan mucho más tiempo aquí que nosotros.

Bosques, junglas, lagos; en pequeñas comunidades y grandes civilizaciones, las criaturas espirituales son parte de nuestro imaginario porque son parte de nuestra realidad. Aunque tal vez ya no creas en ellas o no estén cerca de ti, siempre es bueno conocerlas.

Aluxes

Un Alux es considerado un pequeño genio del bosque, algunos también le dicen enano milenario y aunque puede asustarte si lo llegas a ver, debes mantener la calma. A veces tienen cara de niño y su estatura hace que parezcan fantasmas pero ellos resguardan la naturaleza en la que viven. Su origen es maya, se les considera espíritus de la naturaleza y se cree que fueron los primeros en establecerse en la Tierra.

Chaneque

Del náhuatl chane, esta criatura es “el que habita en lugares peligrosos”. Es considerado un espíritu de la tierra y el agua que cuida a los animales del monte y todo lo que hay en él. Se cree que el chaneque tiene una relación con el inframundo y que puede aparecer en montes selvas, manantiales, ríos y más. Usar un collar de ajo o cruces de palma sirve para evitar cruzarse con uno de estos diabólicos espíritus.

Caa-porá

Se trata de una criatura de la mitología guaraní. En las selvas subtropicales entre Argentina, Brasil y Paraguay se dice que habita este espíritu es controversial para los cazadores, pues los puede ayudar o perjudicar. En Argentina se le considera un hombre gigantesco que camina con bastón y fuma pipa hecha de una calavera.

Caipora

En Brasil el Caipora es un protector del monte y de los animales, se podría decir que es la versión brasileña del Caa-porá, pero con algunas diferencias. Puede ser un niño moreno o un hombre con cabeza de zorro, sin embargo, también es una figura que puede ayudar o perjudicar a los cazadores.

Debido a la colonización, muchas de estas criaturas cayeron en el olvido. Es nuestro deber conocer nuestra historia y rescatarla. No convertirla en un producto o un fetiche, sino darle el respeto y valoración que se merece.

Fuentes:

Algarabía