Una mujer australiana dejó atrás un buentrabajo y una vida ajetreada a cambio de una vida sustentable. 

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Jo junto a su primer hogar sustentable

Jo Nemeth trabajaba en desarrollocomunitario, sin embargo, sentía que no hacía la diferencia. En 2014, después deleer un libro sobre una pareja que recorrió la costa occidental de Australia enbicicleta y otro sobre el irlandés Mark Boyle, que vivió tres años sin dinero,comenzó a forjar sus planes.

Fue así como en marzo de 2015 empezó sunuevo estilo de vida: sin dinero y con menos impacto ambiental.

El primer año vivió en una casita queconstruyó con materiales donados en un terreno de amigos. Después, se mudó  a un remolque que está ubicado en la hacienda de otro amigo y que adaptó ella misma para vivir.     

Jo prepara su comida con fogones elaborados por ella

Los desafíos

"Uno de los principales problemas queenfrenté era una voz interna que me decía que 'debería tener una vida normal'.Me sorprendo de cuán difícil es abandonar esa forma de pensar, ya que todotiene un valor monetario", cuenta Nemeth.

Afirma que ya no siente tanta presión comoantes, cuando estaba trabajando en una empresa "y tenía un jefe". "Hagolo que quiero y toma tiempo acostumbrarse a eso. Tengo más tiempo libre, peroestoy bastante ocupada también".

Jo pasa la mayor parte del tiempo cultivando sus propios alimentos y parte de su producción la intercambia por ropas, comidas fuera de casa y otros productos y servicios.

Ayuda a otros lavando ropas, cuidando niños, y enseñando a construir fogones rústicos de ladrillos, como los que ella misma usa.

Años después, aún se viste con las ropas que tenía antes de comenzar a vivir sin dinero, o con las que amigos y familiares le regalan, y descubrió que, si los alimentos los produce ella misma, no usar dinero realmente no le supone un obstáculo para ser feliz.