El consumo de alimentos ha cambiado drásticamente en el último siglo. Debido a las dos guerras mundiales, la tecnología cambió la forma en que comíamos y ahora los productos enlatados son para muchos algo de todos los días, así como la comida de todo el mundo.

Pero antes no existía nada de eso, y la gente tenía que comer lo que crecía localmente. Esas dietas también eran balanceadas y contenían carne, pero lo que pocos saben es que aún con esa restricción, llevar una dieta vegetariana, sin carne animal no es algo nuevo.

El vegetarianismo, e incluso el veganismo, para muchos son términos que se acuñaron desde el siglo XIX, lo cual los haría una dieta bastante nueva, tanto que aún hay muchas personas que creen que no comer carne puede tener efectos nocivos para la salud.

Los primeros rastros de un grupo que evadía la carne se puede rastrear al antiguo Egipto. Cerca del 3,200 a.C. había grupos religiosos en Egipto que tenían nociones similares a la del karma y la reencarnación y evitaban el consumo de carne, así como usar ropa hecha de cualquier material animal.

No se les puede llamar sociedad, realmente era un círculo exclusivo, pero sin duda esto demuestra que la idea de comer carne como algo negativo está en la conciencia humana desde los inicios de la civilización.

El verdadero aporte al vegetarianismo fue el famoso Pitágoras, creador del modelo matemático pitagórico. Él era un intelectual progresista. Aceptaba a las mujeres como su igual, creía que la Tierra era redonda y se oponía al asesinato de animales, pues creía que matarlos brutalizaba el alma humana y que el consumo de ese alimento generaba un pensamiento belicoso.

A pesar de que tuvo seguidores que también comenzaron a ser veganos, el concepto era muy extraño para la sociedad de su época. Aristóteles creía que los animales existían para nuestros fines, y con su popularidad, nadie más lo cuestionó, por eso cuando el cristianismo llegó, algo en común entre esas dos civilizaciones era su poco interés por los animales, por lo que se fomentó su maltrato y consumo. Hoy todas las civilizaciones que tienen raíces cristianas o católicas también comen carne en abundancia.

A pesar de eso los pitagóricos –así se les llamaba y se podría decir que es la primera palabra para los vegetarianos del mundo occidental– no desaparecieron, y hay registros de ellos entre el siglo tres y seis, cuando las ideas neoplatónicas les dieron una nueva oportunidad de difundir sus creencias. Aún así, solían esconderse y mantener su vegetarianismo para ellos mismos por miedo a ser perseguidos.

En Asia la historia es otra. El budismo tiene muchas ramas y escuelas de pensamiento, pero sí hay algunas que desde sus inicios hace más de 2 mil años exhorta a la gente de comer carne. Dos siglos antes de Cristo, el rey Asoka de india se convirtió al vegetarianismo y con él, gran parte de la población que gobernaba.

Fue durante las épocas de hambruna que las ideas sobre el vegetarianismo comenzaron a decaer en gran parte del mundo, pero nunca desapareció del todo. La llegada de la ilustración regresó la idea de que una alimentación libre de animales era buena para el cuerpo, incluso Benjamin Franklin, quien por un tiempo fue vegetariano, explicó los beneficios económicos de la dieta.

Ya en el siglo XIX la Vegetarian Society nació y desde entonces es un estilo de vida consagrado, pero sin duda se trata de un movimiento tan antiguo como la civilización misma, eso quiere decir que no se trata de un punto de vista alternativo, solo de algo que no ha sido realmente instaurado en el imaginario colectivo.