Es normal desear conocer más sobre la vida de los grandes artistas y pensadores de todos los tiempos. Sobre todo, nos encanta conocer cosas de su vida “común”, para ver qué tan diferentes eran sus rutinas a las nuestras.

¿Hay algo que podamos hacer para mejorar, llegar más lejos o tener éxito?

Bueno, quizá te puede interesar adoptar la rutina matinal de algunos de estos grandes exitosos de la historia. Aunque la verdad es que pueden no ser lo que imaginas…

1. Trabajar desde la cama

Voltaire es, sin dudas, una de las mentes más brillantes que han pasado por este mundo, y una de sus rutinas habituales era, nada más y nada menos que… ¡Trabajar desde la cama!

Eso sí, no te confundas. Voltaire no era un holgazán, incluso podía llegar a trabajar 18 horas por día. Pero pudiendo hacerlo desde la cama, a veces no se tomaba la molestia de levantarse. Interesante propuesta, ¿no?

Dicen que otro personaje de la historia que solía hacer varias cosas antes de salir de la cama era Winston Churchill. Al menos una hora, Churchill la dedicaba a desayunar, leer las noticias, y hacer alguna anotación… ¡Todo en la cama!

2. Cuidarse

A veces en la vorágine de la rutina y la productividad nos olvidamos de ser un poco más cariñosos con nosotros mismos. Sin embargo, y aunque a alguno le suene narcisista, está muy bien darnos un momento para cuidarnos, usar cremas, peinarnos, mirarnos al espejo y gustarnos.

De hecho, grandes figuras de la historia mundial han dedicado sus mañanas a cuidarse. Por ejemplo, Sigmunt Freud, el famoso padre del psicoanálisis, recibía todas las mañanas a su barbero.

Napoleón Bonaparte solía usar la mañana para bañarse con agua de lavanda y comenzar el día súper prolijo; y el mismísimo Mozart, según cuentan, también destinaba su mañana a arreglarse.

Ya ves, a veces el éxito también consiste en cuidarse a uno mismo.

3. Hacer una resolución mañanera

Benjamin Franklin es conocido por ser una persona particularmente disciplinada. Por lo tanto, es imposible pensar que no tenía una rutina matinal que cumplía a rajatabla.

Por empezar, tenía el hábito de levantarse a las 5 de la mañana. ¡Sí, a las 5! De modo tal que, mientras todos dormían, podía comenzar a trabajar muy duro en sus obligaciones.

Pero antes, se tomaba un momento para hacer una resolución mañanera. Esta resolución respondía a la pregunta: “¿Qué puedo sacar de bueno el día de hoy?”.

Este sencillo pero poderoso objetivo diario copiado de la vida de Franklin puede permitirte comenzar tu día con un propósito, direccionar tus acciones y, sobre todo, ayudarte a tomar decisiones.

4. Dar un paseo

Comenzar la mañana usando el cuerpo es una gran idea, y especialmente si lo que haces es una actividad física que no requiera demasiada concentración, como dar un paseo. Charles Darwin es uno de los famosos pensadores que solía hacer esto por la mañana.

Caminar es una actividad física de bajo impacto y que no requiere que usemos demasiado nuestra cabeza, pero que a la vez activa la circulación, libera endorfinas y ayuda a espabilarnos. Así, es ideal para activar el cerebro y poder pensar sobre todas las actividades que vamos a realizar en el día.

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5. Estimular tu mente

Otro hábito matutino que han tenido muchas personas exitosas a lo largo de la historia ha sido usar las primeras horas del día estimulando la mente.

Así, Jane Austen usaba varias horas de la mañana para practicar en el piano, mientras que el poeta W. H. Auden se dedicaba a armar rompecabezas.

Otras grandes figuras del mundo han dedicado las horas de la mañana a leer libros. Roosevelt, por ejemplo, ha sido conocido por leer un libro completo cada día antes del desayuno.

Estimular tu mente en la mañana te permite tener un día mucho más concetrado en las tareas que tienes que realizar.

¿Tú tienes una rutina matinal? ¿Se parece a alguna de estas?

Fuentes:

MentalFloss