Según el entrenador y sanador místico Gustavo Castaner, al alcanzar cierto grado de conciencia logras estar en armonía con el Universo.


Él lo llama “yo mayor”, y se trata de un estado de lucidez mental y armonía que se alcanza cuando la gente se hace responsable de sí misma y acepta quien es verdaderamente.

Cuando logras llegar a ese estado, sabrás que estás en completa armonía con el Universo y sus regalos a partir de las siguientes señales:

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1. Desarrollas como nunca tu intuición

Sientes que la intuición te guía, pues cuando te dejas llevar por ella nunca fallas. Tienes más desarrollado que nunca tu sexto sentido, ese que te dice hacia dónde ir y dónde no.

2. Has encontrado tu camino

Cuando estás en armonía con el Universo, finalmente comprendes cuál es tu misión en la vida.

Pero no sólo eso: también empiezas a recorrer ese camino, que te llevará hacia tu meta última. Sentirás que estás trabajando por tu autocrecimiento y estarás en paz contigo mismo.

3. Tienes al lado a quien saca lo mejor de ti

Cuando estás en armonía con el Universo, no es difícil encontrar a tu alma gemela. No se trata, en absoluto, de alguien que te completa, o que te sostiene en tu debilidad. Al contrario, es alguien que saca lo mejor de ti, y te sirve como espejo.

Una relación satisfactoria, que se mantiene a través del auto-crecimiento, la contribución y el dar amor.

4. Sabes leer las señales

Cuando algo te preocupa o te sientes perdido por unos instantes, el Universo te envía la respuesta a tus preguntas. Pero lo más importante: ahora las sabes ver.

Encuentras soluciones en libros como por arte de magia, un amigo te llama para ayudarte sin que se lo hayas pedido, aparece la respuesta ante tus ojos en el metro. Sin darte cuenta estás más receptivo que nunca.

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5. Te sientes responsable de tu felicidad

Cuando entras en este estado de conciencia, entiendes que tu felicidad depende sólo de ti. Entonces, dejas de culpar a los demás, a tu familia, tu pareja o hasta al gobierno.

Asumes el poder y la responsabilidad plena de ser feliz, y eso es un gran paso para crecer.

6. Dejas de reprimir tus emociones

Finalmente has entendido que reprimir tus emociones no las quita. Al contrario, las pone cada vez peor.

Por eso, has decidido aceptar incluso las emociones “malas” como una parte natural de tu vida, que debes soportar cuando pasan para luego dejarlas ir.

7. Tu amor propio se vuelve inmenso

Cuando aprendes a aceptarte, y a entender que tu felicidad depende de ti, entiendes que antes que buscar amor afuera, debes amarte profundamente a ti mismo.

Luego de aceptar incluso las partes más oscuras de ti mismo, has aprendido a amarlas. Entonces, la sintonía de tu ser completo con el Universo se vuelve más poderosa.

8. Ya no te importa tanto la opinión de los demás

Al amarte tanto a ti mismo, no te interesa la opinión que puedan tener los demás sobre ti. Cuando has entendido cuál es tu camino, y has logrado amarlo incluso con sus cosas malas, las críticas no te harán mella.

Cuando tengas que decir “sí” o “no” a algo lo harás con total convicción y sin el menor remordimiento.

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9. Mejora la relación con tu familia

Es cierto, ha crecido tu amor propio y has aprendido a no depender de los demás. Pero eso no implica que puedas estar en armonía con el Universo de forma completamente aislada.

Donde más se notará tu crecimiento en relación a los demás será en el seno de tu familia. Te relacionarás con ella de forma más sana, y los aceptarás mejor que nunca.

10. Te despides de la culpa y la vergüenza

La culpa y la vergüenza son dos de los sentimientos más nocivos a la hora de conectarte con el Universo pero, lamentablemente, están muy difundidos.

Sin embargo, cuando alcanzas tu yo mayor esos sentimientos desaparecen. Estás conforme con tu persona al punto de que ese tipo de pensamientos dañinos ya no tienen lugar en ti.

11. No te cuesta tomar decisiones

Puede que antes tomar decisiones pareciera muy difícil, pero ahora que estás en sintonía con el Universo (y con tu propio ser) ya no te cuesta. Es que has aceptado lo que necesitas para ser feliz, y las decisiones en esa dirección aparecen claras ante tus ojos.

12. Agradeces

Cuando estás en armonía con el Universo sientes que la gratitud desborda tu ser. Es que entiendes que la vida que se te ha dado es un regalo enorme, y que has recibido incontables bendiciones.

Esa sensación de gratitud sólo atraerá a tu vida más cosas buenas, en un círculo virtuoso de nunca acabar.

13. No tomas nada demasiado en serio

Ni siquiera a ti misma. Cuando te equivocas, entiendes que es parte del proceso de aprendizaje, y que los errores son tan necesarios como los aciertos.

Cuando algo no sale como esperabas… ¡Qué va! Por algo ha sido así. Sabes bien que el Universo no te da problemas que no puedas afrontar, ni pone obstáculos en tu camino si no es con el fin de hacerte crecer.

Al haber entendido esto, te sientes una persona más liviana, y fluyes sin tomarte todo como una tragedia.