¿Qué pasaría si estudiaramos las peleas conyugales y vieramos las emociones -negativas y positivas- que afloran después de cada reproche?

Al contrario de lo que podamos pensar, las discusiones de pareja pueden indicar que ambos se aman de verdad.

¿Cómo puede ser esto posible? Pues según algunos psicólogos, al discutir, cada uno manifiesta su punto de vista hacia determinado tema, y esto abre canales de comunicación que, en parejas que no discuten, no existen.

¿De qué tratan las discusiones diarias con la pareja? Qué quiere cada uno, quién saca al perro, cuál de los dos va a buscar a los chicos, quién lava los platos... Las relaciones más fuertes están llenas de discusiones.

Pero cuidado: cuando se habla de ‘discutir’, no necesariamente se trata de encuentros físicos en toda la regla. No hablamos de romper platos o golpearse ni de ninguna situación que haga que la policía toque a su puerta.

  • Simplemente se dice que ‘discutir’ es que dos personas inteligentes se encuentren a sí mismos a través de un debate saludable.

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Las relaciones no son perfectas y las discusiones frecuentes sirven para no “explotar” cuando surge un problema o diferencia. Es necesario hacer concesiones y tomar compromisos a través de los cuales nos damos cuenta del tipo de personas que somos, y así conocemos a profundidad la personalidad de nuestra pareja. Así tendremos las herramientas necesarias para amarnos con más fuerza.

Como cualquier otra relación, las relaciones de pareja mejoran después de un proceso de altibajos y aprendizaje; se es más feliz cuando se aprende a atravesar las dificultades y salir victorioso. No siempre se puede estar de acuerdo con el otro, y a través de estas diferencias se construyen bases más sólidas.

Lo importante es saber qué discusiones valen la pena y cuales no, pues existen algunas que son innecesarias y que sólo dañarán a la otra persona.

Recuerda siempre ser respetuoso y hacerlo de manera apropiada y con la mente abierta a escuchar otras opiniones. Cuida las palabras que utilizas, pues algunas pueden ser un arma de doble filo. Mira las discusiones como un modo saludable de expresar aquello que no te gusta para cambiarlo inmediatamente y fortalecer el amor. 

La fórmula para discutir sanamente

Si queremos que nuestra pareja perdure en el tiempo hay que ser honestos con lo que sentimos y hacemos. Nuestras emociones muchas veces son sutiles, pero las exteriorizamos (conscientemente o no) y la otra persona las percibe.

John Gottman, científico y profesor de la Universidad de Washington, recomienda después de una discusión - y con los nervios más calmados-conversar con la pareja no tanto del problema, sino de las emociones que había detrás de ésta. Lo que hicimos sentir al otro con lo que dijimos, y lo que el otro nos hizo sentir a nosotros.

Es importante evitar el desprecio. Luego de la conversación es interesante identificar si en algún momento la otra persona utilizó palabras despectivas e hirientes, o si lo hicimos nosotros.

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No tienes que preocuparte porque tu relación se acabe, si están tan locos el uno por el otro no dejarían que una discusión arruine lo que tienen.

Es esencial para un amor real y duradero que de vez en cuando uno le diga al otro las cosas como son.