El amor es una de las cosas más lindas que tenemos en la vida, pero hay muchos mitos alrededor de él. De ellos, el más dañino posiblemente es el que dice que “el amor duele”. Eso no es verdad. Es posible construir el amor desde relaciones positivas, donde nadie salga herido.

Claro que es normal que alguna vez discutas con tu pareja y te pases uno o dos días triste. Como puede suceder si te peleas con tus hermanos o con tu mejor amigo. Eso no quiere decir que el amor tenga que hacer daño. Esa idea es la que, en muchos casos, justifica relaciones violentas o abusivas.

Por eso es importante que recuerdes que el amor que vale la pena mantener para siempre es aquel donde las dos partes ganan, y se convierten en mejores personas. Sólo así es posible que una relación nos haga felices.

Pero… ¿Cómo saber si una relación tiene los condimentos para ser saludable y enriquecedora?

Hay muchos factores para responder a esa pregunta pero debes saber que, como mínimo, todas las relaciones positivas se basan en estos 4 pilares:

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1. Apego basado en la confianza

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Muchas veces se piensa en el “apego” como algo malo, como una dependencia, pero no es así. En realidad, nuestro estilo de apego es la forma que tenemos de relacionarnos afectivamente con los demás; y esta puede ser positiva o negativa.

La Teoría del Apego explica que esta manera de relacionarnos con otros tiene su origen en las primeras relaciones que hemos establecido, siendo apenas bebés, con la persona que estaba a nuestro cargo. Esa forma de apego que aprendemos a la más temprana edad, se reproduce en nuestras relaciones toda la vida.

Las relaciones positivas son aquellas que se basan en un estilo de apego seguro.

Esto significa que son personas que se sienten cómodas con la relación y la intimidad. Que están dispuestos a sentirse vulnerables, porque saben que cuentan con el apoyo incondicional de la otra persona; pero también saben cuidar sus espacios y darle espacio al otro.

Es decir, es un apego que encuentra el equilibrio, entre el deseo de estar con el otro y la conservación de la identidad propia. Por eso, no existe tampoco la paranoia o el miedo a ser traicionado, dejado o herido; se confía en la otra persona.

En contraposición, algunos tipos de apego disfuncionales son el apego ansioso-dependiente (la persona siente que una relación romántica implica pasar todo su tiempo con la otra persona, pues sino no funcionará) o el ansioso-evitativo (al contrario, tienen miedo de perder su independencia en una relación seria, por lo que no la asumen).

2. Tener un proyecto común

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Cada persona, de acuerdo a su modo de entender el mundo, desea algo de una relación. Puede ser formar una familia, acompañarse en sus proyectos o disfrutar de los pequeños placeres de la vida.

En cualquier caso, las relaciones positivas son aquellas en las que esos conceptos sobre lo que es la relación coinciden. Así, los esfuerzos de cada uno estarán orientados a un proyecto común, y sentirán así que cada momento que pasan juntos tiene sentido.

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Un amor positivo es aquel en que las dos partes forman un verdadero equipo, y caminan juntas hacia un objetivo común, sin perder nunca de vista sus objetivos personales.

3. Capacidad de resolver problemas

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El día a día trae aparejados muchos problemas. Algunos graves, y otros pequeños. Pero en todos los casos, son cosas que es necesario resolver.

Para que una pareja funcione y sea enriquecedora, tiene que aprender a enfrentar y resolver también los problemas que se dan en el seno de la relación. Así, es muy importante que los miembros de la pareja tengan capacidad de comunicar sus sentimientos, y también empatía para comprender los del otro.

Así, se hace posible enfrentar los problemas de pareja de una forma madura y amena. Las personas que mantienen relaciones positivas también saben cuándo señalar cosas positivas y cuándo negativas; y no tienen vergüenza de reírse de sí mismas cuando las situación lo amerita.

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4. Habilidad de reparar lo que se ha roto

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Como decíamos al comienzo de esta nota, el amor no tiene que doler, pero a veces puede hacerlo; pues todos nos equivocamos. Y a veces, sin querer, podemos decir algo que no debimos decir, o actuar de una manera poco adecuada.

Quienes mantienen relaciones positivas saben reparar esos errores. Son capaces de asumir que se han equivocado, y aprovechar esas oportunidades para cambiar.

¡Ojo! No confundas esto con una persona que hace una y otra vez algo malo (como ser violenta o mentirosa) y luego pide perdón. Eso, más que saber reparar los errores, es una forma de manipulación.

Aquí hablamos de que en una buena relación puede haber un tropiezo, pero aceptándolo, hablándolo y sacando algo positivo de él, puede convertirse en una posibilidad de mejorar como personas y como pareja.

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¿Tu relación se basa en estos 4 pilares?