¿Te ha pasado llegar tarde a casa y solo tener ganas de ver un capítulo de tu serie favorita? Aunque puede que cuando termines de ver un capitulo, quieras ver el siguiente y el que le sigue, aún sabiendo que vas a dormir poco.

A casi todos nos encantan las series, podríamos pasar horas pendientes de nuestros personajes favoritos e incluso meses esperando una nueva temporada. No hay nada como una buena historia que nos atrape y nos haga olvidar el estrés diario, pero a veces nos pasamos de la raya por ellas, lo que hace que podamos invertir tiempo productivo sentados ante la pantalla, sin rendir en nuestras obligaciones e incluso durmiendo menos de lo normal.

Pero, ¿qué tienen las series que se convierten tan fácilmente en una adicción?La neurociencia y la psicología parecen tener la respuesta con estas explicaciones:

Empatizamos con los personajes y sus historias

La empatía es la capacidad de reconocer los sentimientos de los demás y esto es lo que nos sucede cuando visualizamos una historia, interiorizando sus emociones y sintiéndonos participes ante un fin común.

Algo así ha demostrado El neuroeconomista Paul Zak de Claremont Graduate University. Este investigador mostraba en un vídeo cómo un padre pasaba los últimos días con su hijo enfermo. En las respuestas fisiológicas de los participantes se halló como los niveles de cortisol y oxitocina, hormonas relacionadas con el estrés y la empatía respectivamente, habían ascendido tras observar el video, especialmente entre los sujetos que mostraban mayores conductas de afectación.

[También te puede interesar: Las 10 mejores películas en Netflix que deberías ver antes de que las retiren]

Un refugio ante el estrés

A veces, nos sentimos tan cargados de estrés diario que necesitamos tomarnos un respiro y ver series puede suponer una vía de escape ante nuestros problemas reales. Una maratón de series puede ser un curativo temporal y una ayuda para desconectar de los estresores diarios que nos mantienen en alerta cognitivamente.

El suspenso y nuestra reacción cerebral

Parece que la angustia de no saber lo que va a ocurrir es lo que hace que nuestro cuerpo produzca un exceso de CRH, hormona implicada en los procesos de estrés que nos hace mantenernos en estado de alerta, lo cual puede incluso hacer que perdamos la sensación de cansancio y sigamos dando click al siguiente capítulo.

Además, cuando disfrutamos de nuestra serie favorita, nuestro cerebro produce continuamente dopamina, un neurotransmisor implicado en el refuerzo cerebral que también influye en nuestra sensación de placer cuando tomamos drogas o tenemos sexo, y esto hace que nos sintamos adictos a esta forma de placer

Otros estudios han hallado que nuestro cerebro tiende a focalizarse especialmente en aquello que nos provoca suspenso mientras que ignora lo demás.

[También te puede interesar: Series y películas con un mensaje que nunca olvidarás ]

Aprendizaje por imitación

Nuestra identificación con ciertos personajes que pueden tener puntos en común con nosotros y nuestras vidas reales (laborales, personales, sociales), hace que podamos aprender de ellos por aprendizaje vicario; es decir, viendo un modelo semejante a nosotros, podemos aprender de qué manera resuelve sus problemas o cómo se complican más las cosas con sus comportamientos.

La “depresión” post serie

La felicidad o excitación que nos produce ver series es proporcional a la tristeza y el vacío que nos deja cuando no podemos ver más episodios. Vivimos en ese momento una situación que puede ser considerada de pérdida y podemos sentimos poco estimulados.

Pero cuando volvemos a la realidad es cuando las obligaciones que hemos dejado a un lado se nos echan encima: nos quedan 6 horas para tener que levantarnos, no hemos preparado la comida para el día siguiente, y nuestro nivel de estrés puede llegar a ser aún mayor que al principio.

Fuentes:

Psicoactiva

PijamaSurf