Las vacaciones están llegando a su fin y es el momento de volver a conectar con la rutina, y con todos los proyectos para el año.

Pero sin dudas, para comenzar con mucha más energía y con la mente clara, no hay nada mejor que hacer una limpieza profunda del hogar. Primero, porque seguramente durante el verano la familia se relajó bastante, y es probable que haya un poquito más de desorden que el habitual.

Segundo, porque el verano es una época del año donde muchas bacterias proliferan, por eso es buena idea hacer una limpieza intensa que acabe con todas ellas.

Y finalmente, porque ya sabés lo que dicen: nada mejor para una mente ordenada que una casa limpia.

Así que estos son los básicos para conseguir una casa limpia y segura para vos y toda tu familia.

5 consejos para una limpieza profunda

1. Ventilar bien

Si vas encarar una limpieza profunda, lo primero que tenés que hacer es abrir de par en para las puertas y ventanas. ¿Por qué?

Porque renovar el aire es fundamental para que tu casa sea un hogar seguro y agradable de habitar.

Cuando ventilás permitís que tus ambientes se vuelvan a oxigenar, de modo tal que el aire que respiran será más puro. Además, ventilar reduce el polvo, regula la humedad y evita que prolifere el moho.

Así que ya sabés, antes de empezar dejá entrar el aire.

2. Limpiar y desinfectar todas las superficies

Desinfectar no es lo mismo que solo limpiar. Muchas veces tenemos la casa más o menos ordenada y limpia y nos relajamos. Sin embargo, la mayoría de los gérmenes que contraemos están dentro del hogar.

¿Cómo puede ser que suceda esto? Pues porque nos olvidamos de verdaderamente desinfectar. De acuerdo a datos estadísticos, el 80% de los gérmenes se propagan a través del contacto con las superficies.

Si querés asegurarte de que tu casa esté no sólo limpia sino también libre de virus y bacterias, lo mejor es repasar las superficies con algún elemento desinfectante, como la lavandina.

3. Limpieza profunda del baño y la cocina

De entre todos los ambientes de la casa que pueden ser foco de virus y bacterias, la cocina y el baño resultan por lejos los más peligrosos. Sobre todo son los espacios de la casa donde hay más posibilidad de contraer enfermedades gastrointestinales, producto de la mala manipulación de alimentos o la limpieza deficiente.

En el caso de la cocina, es fundamental cuidar el tratamiento de los alimentos, y tomarse el trabajo de desinfectar las superficies ni bien terminamos de hacerlo. Además, hay que tener cuidado con esponjas y trapos, que suelen ser focos infecciosos olvidados. Remojalos en Lavandina por la noche y enjuagalos a la mañana para asegurar su seguridad.

En cuanto al baño, además de limpiarlo de forma regular, tenés que tener particular cuidado con el inodoro, el foco infeccioso por excelencia. Lo mejor es que todos los días poner en un balde cuatro litros de agua con una taza de Ayudín y remojar allí un trapo, para pasarle a la palanca de descarga, el vaso, la tapa y el asiento del inodoro.

4. No olvidar los picaportes

Seguramente no tenés la costumbre de limpiar y desinfectar los picaportes. Es normal, siempre se nos olvida. Sin embargo, es una de las piezas de la casa que es tocada más veces por día. De hecho, la mayoría de las veces lo hacemos ni bien llegamos a casa, con las manos llenas de residuos del exterior.

Por eso, ya que estás haciendo una limpieza profunda, no deberías olvidarte de los picaportes. Pasale lavandina en gel con una esponja y santo remedio. Y ya que estás… ¡También a las perillas de luz!

5. Mochilas y bolsos

Los bolsos y mochilas están en contacto permanente con el exterior, y son un foco de contaminación que siempre nos olvidamos de cuidar cuando entramos en casa.

Por eso, te proponemos tener un perchero especial donde poner todo (también las carteras) y pasarle toallitas húmedas de Ayudín todos los días. Con eso alcanza para arrastrar los gérmenes que puedan venir del exterior y asegurarte que tanto vos como tu familia estén bien cuidados.

¿Qué estás esperando para dejar tu casa impecable?

Fuentes:

Ayudín