Es muy claro que el lugar donde vivimos nos estimula, es decir, nos genera sensaciones. Te habrá pasado alguna vez, por ejemplo, que teniendo la casa desordenada te sentías estresado; y una vez limpia, tu ansiedad disminuyó considerablemente.

Eso es porque nuestro contexto tiene que ver con lo que somos y lo que sentimos. Nuestra casa es nuestro lugar en el mundo, el refugio donde queremos sentirnos seguros, y por eso tiene una gran incidencia sobre nosotros.

Teniendo en cuenta esto, la decoración es importante. Como sabrás, la decoración del hogar ayuda a mantener la energía en él, y cambia la manera en la que las personas se sienten en el lugar.

Pero no deberías creer que la decoración sólo tiene que ver con la vista. Eso es, quizá, lo más evidente.

Ahora, si logras abrir la cabeza y empezar a pensar en decorar tu casa con los cinco sentidos, lograrás que el hogar te estimule el doble, y sentirte todavía mucho más a gusto.

Aquí van 5 ideas, una por cada sentido, para que logres tener una casa increíble.

1. Vista: la importancia de la iluminación

Como decíamos, la vista es el sentido que más clásicamente se asocia con la decoración. Pero es importante no olvidar algo que, aunque básico, a veces pasamos por alto: es imposible ver si no hay luz.

Por eso, no importa cuántos colores elijas o dónde pongas los muebles: una casa mal iluminada es una casa baja de energía.

Lo ideal es dejar entrar la luz solar. No sólo es más natural (¡y ecológica!), sino que además el sol tiene el especial poder de levantarnos el ánimo y cargarnos de energía.

Si no se puede usar la luz del sol, no importa, pero debes priorizar la iluminación de todos modos. Elige luz cálida para zonas de descanso, o luz fría para lugares de estudio. ¡Usa la luz a tu favor y convierte cada ambiente en el espacio que necesitas!

2. Tacto: texturas

El tacto es el primer sentido que desarrollamos. Siendo apenas bebés, ya sentimos las caricias de nuestra madre, por ejemplo; notamos el contacto con el mundo incluso antes de abrir los ojos.

Por eso el tacto es muy importante, y en la decoración también puedes usarlo. Utiliza las texturas para ello. Por ejemplo, una manta bien suave en tu cama ya te dará idea de mayor descanso. Incluso aunque no estés durmiendo.

O una alfombra que resulte cálida al caminar por ella descalzo. Las texturas de la casa en general deberían ser suaves, pues incluso sin darte cuenta, relajan el ambiente.

3. Oído: música y ruido blanco

A veces puedes estar en tu casa y no darte cuenta de cuánta contaminación auditiva recibes del exterior. Crees que estás “en silencio”, pero no: ahí están los vecinos discutiendo, o las bocinas de los coches.

La música siempre es una buena idea para “decorar” la casa. Para hacerla más tuya, nada mejor que dejar sonar a todo volumen tu música favorita.

Pero si eres de los que de a ratos necesitan estar aislados, y la música no te permite concentrarte, aquí va un pequeño truco: el ruido blanco. Se trata de un ruido constante y uniforme que te permite aislarte del mundo casi sin darte cuenta. De acuerdo al tipo de sonido, también se lo puede encontrar como ruido marrón.

Así, te olvidarás por un rato de todo el ruido del exterior, manteniéndote bien presente en el lugar en el que estás, y sin distraerte con música. ¡Inténtalo!

4. Olfato: dale a tu casa un olor especial

¿Te ha pasado que hueles el abrigo de alguien y piensas ‘vaya, huele como su casa’? Todas las casas tienen un olor particular, pero a algunas se les nota más que a otras. Tú, como vives en tu casa, no notas el olor que hay en ella.

Pero, ¿A qué huele cuando pasas un tiempo fuera y vuelves a entrar? ¿Cómo huele después de tus vacaciones?

El olfato es el sentido que está más fuertemente ligado a las emociones y los recuerdos. Por eso, muchas veces un perfume puede llevarte inmediatamente a un momento de tu vida.

Úsalo a tu favor, y elige cómo quieres que huela tu casa. ¿Te gusta la lavanda? Pues has de tu hogar la casa de las lavandas. ¿Te gusta el chocolate? Busca desodorantes de ambiente con esa esencia.

Así, lograrás que tu casa se ligue con tu olfato haciéndote sentir increíble cada vez que entres en ella.

5. El gusto: sentido olvidado

Si te preguntara ahora mismo, “¿A qué sabe tu casa?”... ¿Qué responderías?

Es cierto que es más difícil “decorar” con el gusto, pero sí puedes elegir qué cocinar en casa. Es una forma de trasladarte un poco al lugar donde te gustaría estar.


En realidad, tu casa puede saber a café y galletas de avena, o a arroz con leche, o a guacamole. Tendrá que ver un poco con el olfato también (pues sabrás que gusto y olfato se vinculan directamente), pero más que nada, con las comidas que te hacen sentir como en casa.

Pídele a tu mamá esa receta de cuando eras pequeño, deja un poco de lado la comida chatarra y ponte a cocinar.

¡La comida tiene mucho que ver con sentirse realmente en tu hogar!