En Chile, país ubicado en la costa del océano pacífico, en el hemisferio Sur de América, los desastres naturales son moneda corriente. Terremotos, erupciones volcánicas e incendios, entre otros, se producen con regularidad debido a su geografía tan variada. La principal consecuencia de estos desastres es que muchas familias quedan sin hogar, entrando en una situación de riesgo y vulnerabilidad. 

Frente a la necesidad, en el momento de las catástrofes, se toman soluciones rápidas, económicas y de corto plazo, que terminan generando más problemas de los que resuelven, desperdiciando además energía y dinero. 

Como respuesta, desde Chile han propuesto "La Casa Fénix", un proceso de diseño de "viviendas de emergencia que ofrezcan una respuesta rápida y de buena calidad para las familias víctimas de un desastre, sentando las bases para la vivienda sostenible y permanente."

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Los conceptos arquitectónicos y urbanos que dan forma a la propuesta son: modularidad, progresividad, flexibilidad y accesibilidad.

Respecto a la primera, lo que caracteriza a la "Casa Fénix" es que cuenta con 3 módulos: el de "supervivencia", que es  la respuesta inicial rápida a la emergencia, y que por lo tanto tiene como objetivo principal  proporcionar refugio, seguridad y una solución de calidad para la familia afectada. La sigue el módulo "mecánico" que, adjunto al primero es una progresión del mismo en el momento ya posterior al desastre. Tiene baño, cocina, servicios y un núcleo técnico. Y, por último, el "módulo expansión" que es que apunta a cubrir más que las necesidades básicas para poder transformar ése en un hogar definitivo.

Además, se compone de una galería solar que es el motor climático del hogar. "La estrategia de diseño solar pasivo permite la regulación del clima interior mediante la articulación de este espacio intermedio entre los módulos y el clima exterior; proporcionando ventilación natural, sombra, protección solar y ahorro de energía. Crece con la adición de cada módulo y es un espacio muy flexible en lo que respecta a su uso dentro del programa arquitectónico", señalan sus creadores.

En relación a la progresividad, esta casa tiene una lógica gradual y evolutiva que permite pensar en lo que se necesita a corto y largo plazo. Su flexibilidad, además, se refiere a su capacidad de adaptarse a diferentes latitudes y climas; y, por último, su accesibilidad implica que requiere costos bajos y que podría ser adquirida a través de subsidios.

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