Dentro del vasto mundo de las relaciones interpersonales hay una cualidad que sobresale, y es la de la empatía, la habilidad de ponerse en los zapatos de los demás. Esta actitud interna permite un acercamiento de calidad con las otras personas, apreciando su perspectiva, inclusive cuando no estás de acuerdo en lo que expresan.

Empatizar es tener la capacidad de entender los sentimientos, las emociones y la situación del otro, sin hacerlos nuestros, y sin juicios ni preconceptos.

Como la empatía es un acto entre dos o más personas, entran en juego componentes del lenguaje, del cuerpo y de las emociones. Una confusión frecuente es utilizar empatía y simpatía como si fuesen sinónimos, y no lo son; de hecho, son muy distintas.

abrazo padre e hijo empatia

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A continuación abordaremos la distinción entre algunos conceptos que, si bien suenan similares al oído, son muy diferentes. Estos son la empatía y la simpatía, y la antipatía y la apatía.

Empatía y simpatía

-La empatía tiende a la conexión con los demás, y la simpatía tiende a la desconexión, o puede ser simplemente el deseo superficial de agradar.

-La empatía se centra en la emoción, en cambo por lo general la manifestación de simpatía escucha para responder y busca aprobación.

-La empatía no juzga, mientras que la simpatía si, por cuanto selecciona con quien sí y con quien no comportarse de esa manera.

-La empatía es una conexión desde el plano emocional; y la simpatía más del intelectual.

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Para complementar esta descripción es necesario mencionar dos antítesis; en este caso, la antipatía, que es el sentimiento de repugnancia o rechazo a alguien o algo; y la apatía, que es la carencia de emoción y la indiferencia a lo que rodea a la persona y a los sentimientos de los otros.

20 comportamientos para saber qué es y qué no es empatía

Entonces, ¿qué se puede hacer para ser empáticos? Fundamentalmente aprender a escuchar con la mente completamente en el presente, y con una disposición abierta y receptiva, en vez de la mueca de escucha simpática que se aplica muchas veces.

Aquí entran en juego los comportamientos y modalidades de relacionamiento de las personas para distinguir más eficazmente cómo llegar a entender el mundo del otro para mejorar las relaciones y comunicaciones.

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4 normas de la conversación empática

Una de las formas más frecuentes de practicar la empatía es durante las conversaciones con los demás. Aquí van cuatro tips que te van a ayudar a empezar a mejorar tus vínculos personales y profesionales:

a) Interésate por lo que expresa la otra persona.

Por ejemplo, cuando sea conveniente haz preguntas, afirma levemente con la cabeza, y utiliza una posición corporal que modele a quien tienes enfrente -postura levemente parecida-, incorpora palabras suyas en tus propias interacciones.

b) Entiende y comprende lo que expresan sin necesidad de que justifiques o estés de acuerdo.

Céntrate en lo esencial; y detecta cómo están tu cuerpo y emociones mientras conversas (¿hay tensión? ¿dónde? ¿puedes aflojarla? ¿hay palabras que te resuenan más que otras?).

c) Mantén contacto visual.

Mira a la persona para conectar, evita intimidar. El lenguaje corporal ocupa aproximadamente el 90% de la interacción con las personas: hablamos con los gestos, e influyen también la distancia física, la velocidad al hablar y el tono de voz, entre otros aspectos.

d) Distribuye los tiempos lo más equilibrados posibles.

Esto implica que las partes involucradas tendrán tiempos aproximadamente equitativos para expresarse, y de esta forma, también se estará balanceando la actitud empática.

¿Y tú, ya estás listo para comenzar a poner estos tips en marcha?