El futuro es regenerativo o no será

Como expliqué en una nota anterior, no hay otro futuro posible que uno regenerativo. Esto significa que, en lugar de vivir del agotamiento y la liquidación ecológica como hacemos actualmente, viviremos de lo que la biósfera pueda renovar. Porque, por definición, no podemos agotar para siempre, aunque queramos.

La única cuestión es con qué velocidad llegaremos a ese futuro regenerativo. Ese es también el núcleo del dilema climático:

- Actuar con demasiada lentitud y dejar que el cambio climático se imponga destruirá una buena parte del presupuesto regenerativo del planeta.

- Actuar con rapidez puede costar más dolor y sudor a corto plazo, pero dejará todos con más opciones, más biocapacidad y una mayor porción de nuestros activos con un valor económico.

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Pero el rebasamiento sigue definiendo nuestro contexto

Hasta ahora, la humanidad está yendo por la vía lenta, retrasando su transformación hacia una cultura regenerativa, favoreciendo así el desastre sobre el diseño como estrategia de transición. El resultado es un sobregiro ecológico aún más masivo -la demanda humana excede la capacidad regenerativa de nuestro ecosistema natural- dejando una deuda ecológica aún mayor.

Estas son las cifras: desde este 1 de enero hasta el 29 de julio, la humanidad utilizó todo lo que el planeta era capaz de renovar la totalidad del 2021. De ahí que el 29 de julio haya sido el Día del Sobregiro de la Tierra de este año. Esto resulta alarmande pero incluso puede ser una subestimación, ya que se basa en las Cuentas Nacionales de la Huella y la Biocapacidad, que utilizan unos 15.000 puntos de datos por país y año, pero que aún tienen importantes agujeros. No obstante, documentan que la demanda humana supera actualmente lo que la Tierra renueva en al menos un 73%.

Por el contrario, si queremos mantener una buena parte de la biodiversidad existente, la humanidad no debería agotar la capacidad regenerativa del planeta. El profesor E.O. Wilson sugiere que utilizar sólo la mitad de la biocapacidad del planeta, podría darnos la oportunidad de mantener el 85% de la biodiversidad global. Desde una perspectiva regenerativa, esto significa que el metabolismo humano actual es más de tres veces mayor que los límites ecológicamente seguros de la Tierra (1,73 Tierras / ½ Tierra = 3,46).

El sobregiro ecológico, o en otras palabras la sobreexplotación de la naturaleza, es la causa subyacente de la mayoría de los males ambientales -desde la pérdida de biodiversidad hasta la deforestación, pasando por la contaminación del agua y del aire, el colapso de las pesquerías y la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera-, lo que conduce a patrones climáticos cada vez más caóticos. El Informe de Riesgos Globales 2021 del Foro Económico Mundial considera que siete de los 10 principales riesgos probables y de mayor impacto son medioambientales (o nueve de los 10 principales si las "enfermedades infecciosas" también se clasifican como medioambientales).

La demanda humana que abruma persistentemente a la biosfera es el segundo reto más grave al que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI. Son los recursos biológicos (no los no renovables) los que más limitan la empresa humana. Por ejemplo, si bien el subsuelo de los combustibles fósiles es limitado, aún más limitante es la cantidad que se puede quemar sin que se produzca un cambio climático desbocado, y eso también está limitado por la cantidad de carbono sobrante que la biósfera puede eliminar. Lo mismo ocurre con los minerales: es la energía la que limita la excavación de minas más profundas y la concentración de minerales dispersos; esa energía está en última instancia más limitada por la biocapacidad.

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El mayor riesgo de todos

Los riesgos impuestos por el sobregiro ecológico sólo son superados por otro riesgo: el de no responder. Trágicamente, la mayoría de las ciudades, empresas o países -incluida Suiza, mi tierra natal- entran en esta categoría. Su falta de respuesta hace improbable que cada una de ellas esté preparada a tiempo para los desafíos asociados con el sobregiro persistente.

Las Cuentas Nacionales de Huella y Biocapacidad, que se utilizan para determinar el Día del Sobregiro de la Tierra, muestran que los residentes de Suiza utilizan 4,4 veces más de la naturaleza de lo que los ecosistemas suizos pueden renovar. Es como utilizar 4,4 "Suizas".

Suiza tiene capacidad financiera para protegerse. Pero el 72% de la población mundial vive actualmente en países que tienen tanto un déficit ecológico, como una renta inferior a la media mundial, lo que hace poco probable que puedan competir por los recursos necesarios en los mercados internacionales. Sin embargo, la opción de sobre usar las capacidades ecológicas es limitada en el tiempo. Incluso para Suiza. Pero sin tener la capacidad financiera, es aún más directo el riesgo económico.

El Salvador ya utiliza 3,5 veces más que su propria biocapacidad. Para México es 2,3 veces y para Guatemala 1,9 veces. En todos estos países, el déficit ecológico esta aumentándose.

Es posible que los países en América central no tengan la capacidad económica para cambiar deliberadamente su rumbo – aunque sin cambiar el rumbo, el cambio será impuesto por desastres. Pero no está claro si Suiza tiene la determinación de prepararse adecuadamente para el futuro previsible del cambio climático y la limitación de recursos que el sobregiro conlleva inevitablemente.

Tienen recursos económicos, pero falta la visión o la voluntad. Por ejemplo, los votantes suizos rechazaran la propuesta de ley sobre el CO2 en el junio pasado. No lo vieron como necesidad para la Suiza del futuro. Aunque en Suiza se hacen buenos esfuerzos, como el aumento de la eficiencia térmica de las viviendas o el uso de la electricidad procedente de la energía hidroeléctrica, el país, en general, aún está lejos de estar preparado para funcionar en un mundo en el que se agudizan cada vez más el cambio climático y la escasez de recursos.

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Esperar no sirve de nada

Lo más importante es nunca perder de vista que abordar el clima no es una causa noble. De hecho, no hay ninguna ventaja para las ciudades, las empresas o los países que se demoren en abordar los riesgos del sobregiro ecológico, incluido el cambio climático.

Existen muchas oportunidades para reducir el rebasamiento. Son acciones que son económicamente viables. Para demostrarlo, Global Footprint Network está presentando 100 Días de Posibilidades. Durante 100 días, desde el Día del Sobregiro de la Tierra 2021 hasta la COP26, estamos ofreciendo numerosas formas en las que cada país, ciudad o empresa puede #MoveTheDate (mover la fecha del día del sobregiro) y prepararse para un mundo cada vez más definido por el sobregiro ecológico.

Porque esperar les impide estar preparados para un futuro que nunca ha sido más predecible: uno de más cambio climático y menos recursos, uno que también será inevitablemente libre de combustibles fósiles.

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Adoptado de: “My Obsession with Overshoot” Blog para el Salón de la Fama de la Sostenibilidad de la ISSP.