Posiblemente en la web o las redes sociales has conocido el concepto de “Ho’oponopono”. Cientos de escritos ancestrales y tradiciones, y ahora millones de memes en las redes, buscan sintetizar el espíritu de este concepto profundo y filosófico, que puedes adoptar como forma de vida.

Se trata de una práctica ancestral que proviene de Hawaii, cuyo nombre se compone de dos partes: “ho’o”, que es un vocablo utilizado para convertir en verbo al sustantivo siguiente; y “pono”, que representa la bondad, rectitud, procedimiento apropiado o correcto, excelencia, bienestar, prosperidad. Así, “ponopono” es definido como “enderezar; poner en orden o en forma, corregir, revisar, ajustar, enmendar, regular, arreglar, rectificar, ordenar y arreglar.”

Como vemos es una filosofía de vida que se basa en un proceso de arrepentimiento por los errores, el perdón como su eje, y la transformación de los pensamientos y sentimientos heridos, que tiene como fin superar bloqueos en los vínculos y relaciones, y conquistar mayor paz interior y equilibrio.

Responsabilidad = Habilidad para responder

A modo de una afirmación, casi un mantra que cada persona puede adoptar y repetir para sí mismo para serenarse y adquirir amplitud y perspectiva ante los problemas, el “Lo siento”, “Perdón”, “Gracias”, “Te amo” adquieren aquí una nueva dimensión.

¿Suena muy extraño hablar de estos conceptos en el marco del trabajo? Posiblemente así sea para algunos. Sin embargo, por mi trabajo recorro dieciocho países y lo que encuentro siempre es una necesidad imperiosa de alcanzar un equilibrio vital laboral que permita a los colaboradores tener una mejor relación entre ellos, en su vida personal y también en su auto motivación.

Ho’oponopono puede ser una herramienta que ayude a destrabar conflictos, a hacer más fluidas las conversaciones y a disminuir el ego típico de las personas dentro de sus roles en la empresa.

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Veamos:

“Lo siento”. Para millones de personas el asumir responsabilidad sobre sus actos no está en sus actos cotidianos. Puede ser por imposibilidad propia, o porque sienten que su nivel de autoridad los vuelve impunes a reconocer sus errores, el levantar el tono de voz más de la cuenta, o ser desconsiderados en pensamiento y acción contra otros. “Lo siento” implica humildad para saberse humano, y como tal, falible.

“Perdón”. Acaso uno de los mayores problemas de la existencia es asumir que esta palabra por su gran peso emocional. Ante distinto tipo de errores que cometemos, decir “perdón” es como inclinarse para honrar al otro en su integridad, en su verdadera esencia. Muchos lo interpretan como un signo de debilitamiento de su aparente poder, y por lo tanto, hasta llegan a pensar que quedarán ‘sometidos’ al expresar un perdón sincero y honesto. Nada más alejado de la realidad: al hacerlo te empoderas.

“Gracias”. Una palabra con múltiples significados, puesto que se nutre del momento, del entorno, y del tono con el que se lo expresa. Si lo haces de corazón, el gracias se transforma en un tesoro que entregas a los demás, sin importar quién es ni que ha hecho por ti. Incorpóralo dentro de tu léxico cotidiano, y siente como tu vibración de experiencias en el mundo va cambiando en positivo casi de inmediato. “Gracias” es un gran disipador de lo oscuro y de las tensiones. En el mundo laboral, forma parte del salario emocional y recomiendo que se la utilice muy asiduamente en cada momento del día.

“Te amo”. ¿Se podría expresar algo así en un contexto de trabajo? ¿Acaso se podría malinterpretar? Podría ser: aún nos falta mucho por evolucionar. Sin embargo, el amor está presente en el trabajo, así como en la vida de cada persona. Cuando emprendes, amas lo que haces. En tu labor, lo indicado sería que “ames” todo lo más que puedas tus tareas; y si no puedes amarlas todas, te sugiero que busques bien porque siempre hay algo que, al menos en parte, sí amas. En las relaciones afectivas interpersonales es frecuente decir “te amo”; en lo laboral solemos reemplazarlo por “te quiero mucho”, “te aprecio”, “eres importante para mí” o “Amo la manera en que trabajas”. En definitiva, son formas más ‘suaves’ que declarar “te amo”. La sugerencia es que pongas en estas expresiones la misma carga emocional de un gran “te amo”, para que sea esa vibración la que esté presente cada vez que lo expreses, si aún no te animas a decir “te amo”.

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Cómo aplicar ho’oponopono en la oficina

Partiendo de la base de que cada persona necesita hacerse responsable por sus actos, dichos y pensamientos, es posible utilizar este conocimiento filosófico para llevarlo al día a día en el trabajo, porque ho’oponopono tiene varias enseñanzas concretas para todos. Aquí comparto cinco de las principales:

1. Mejorar las instancias de feedback. Puesto que no se busca culpar a los demás ni a las circunstancias, abre una perspectiva más elevada para establecer oportunidades de mejora.

2. Ser más pacientes. En tiempos de alta velocidad hacia los resultados, el detenerse unos segundos a declarar internamente “Lo siento”, “Perdón”, “Gracias”, “Te amo”, ayudará a bajar la intensidad emocional sobre todo cuando hay desafíos y problemas; y se reconectará paulatinamente una consciencia de que es posible superarlos y salir fortalecidos y más sabios.

3. Ser más humanos. Puesto que uno de los principios es estimular el perdón y expresar bondad, se aprenderá a humanizar los vínculos, dejando de producir como máquinas para empezar a conectar emocionalmente en forma sincera y más apreciativa, no sólo de los errores, sino de las virtudes de cada uno.

4. Suavizar el trato y el lenguaje empresarial. En muchos trabajos “se habla fuerte”: esto significa que hay ciertos códigos y etiquetas que hacen que las personas a veces actúen un cierto personaje, para sentirse más a gusto con el entorno. Ho’oponopono propone que en esta introspección, se pueda dar espacio a lo sutil, lo suave, el entendimiento, la concordia. Al practicarlo con continuidad los pensamientos se irán acallando, y se percibirá en el tiempo un estado más neutral ante los desbordes emocionales, mayor altitud para observar, y menor tendencia a hacer juicios automáticos sobre las situaciones y las personas.

5. Crecer como personas. Al aplicar esta herramienta (sola o en combinación con otras de las que llamamos habilidades blandas), cada colaborador empezará un proceso de introspección que le permitirá conectarse mejor, y funcionar de manera óptima en relación con los demás. Cuando haya una masa crítica de personas en la misma sintonía, cosa que se logra con el tiempo, la organización adquirirá una nueva perspectiva y empezará a vibrar de otra manera. Sonará como una orquesta muy bien dirigida y afinada. Lo que no es poca cosa en estos tiempos.

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Para empezar, recomiendo colocar carteles con las palabras “Lo siento”, “Perdón”, “Gracias”, “Te amo” en toda la oficina, y, simplemente, observar qué pasa con el correr de los días. El resultado puede ser sorprendente.