El comportamiento violento puede resultar de una mente distorsionada, irracional, que siente y ve las cosas de manera diferente a las demás personas.

Lundy Bancroft, especialista en abuso doméstico y maltrato, escribió uno de los libros más profundos sobre la mentalidad de los agresores psicológicos o emocionales. Apoyado en la evidencia clínica y parte de investigación, propone diferentes tipos de violentos emocionales y describe cómo es el diálogo interno de cada uno de ellos.

1. Pide y no da

Considera que la pareja está para complacerle e incluso cuidar de sus responsabilidades. Sin embargo, la pareja no puede demandarle nada, y debe contentarse y agradecerle aquello que le ofrece. Se siente por encima de todo cuestionamiento, ya que se considera una persona adorable y generosa.

La mayoría de sus conversaciones giran en torno a sus necesidades y en las obligaciones de la pareja, pero se pone furioso si se le demanda algo, aunque sean sus obligaciones.

Si se siente infeliz, será culpa de su pareja. Puede parecer menos controlador que otros tipos de violentos emocionales si ve cubiertas sus necesidades.

[También te puede interesar: Si tu pareja hace estas cosas, puedes estar sufriendo maltrato psicológico]

2. Don perfecto

Se considera una persona admirable, tanto como su habilidad e inteligencia, como por sus logros. Sabe perfectamente qué hacer, incluso qué es lo mejor para su pareja. Por ello las opiniones de su pareja no merecen ser escuchadas ni tenidas en consideración, de manera especial cuando son diferentes a las suyas.

Si existen desacuerdos, piensa que son una expresión de la ineptitud de la pareja y lo siente como una forma de maltratarla, a pesar de lo respetuosa que sea expresándose.

Cuando habla de su mujer, lo hace con condescendencia, y si ella no le siente como superior, escala ridiculizándola, insultándola y desacreditando los pensamientos de ella (lo que la hace más vulnerable a su control). Digamos que es especialista en los defectos de ella, y no tiene prejuicio en comentarlos delante de terceras personas y en público.

3. El experto en desquiciar

Está convencido de que su pareja es la que crea los problemas y con este convencimiento actúa. Estos tipos de violentos emocionales pueden maltratar sin alterar su tono de voz, por ejemplo a través de este tipo de comentarios sarcásticos y mezquinos: “Estás loca. Preparas un escándalo por nada”. Se refugia en su aparente tranquilidad para justificar cualquier tipo de expresión cruel.

Sus tácticas pueden ser difíciles de identificar, pasar inadvertidas por un observador o fáciles de negar ante la confrontación de la mujer. Incluso puede hacerle pensar a los hijos que la madre estalla por nada. Se tratan de maniobras calculadas y sin error.

4. El sargento de instrucción

Este tipo, necesita controlar todos los movimientos de su pareja, porque considera que sabe perfectamente cómo deben hacerse las cosas. Cree que su pareja no tiene derecho a tener nada ni a nadie en su vida además de a él.

La vigila y la limita para que no pueda desarrollar sus recursos o su independencia, llevando el control al máximo y siendo extremadamente celoso. Los celos se transforman en acusaciones de engaño, empleando una escalada con términos denigratorios sobre todas las mujeres.

Estos tipos de violentos emocionales terminan agrediendo físicamente a sus parejas. El efecto que genera en ellas es similar al de una violación, traumatiza y además dificulta la salida de esa relación.

5. El sensible

Este tipo considera que está en contra del machismo, por lo que no puede ser un maltratador, y por ello las mujeres deben estar agradecidas porque no es como esos hombres. Adora el lenguaje de los sentimientos, se presentan como aliados de las mujeres, por lo que resulta fácil pensar que si su pareja se siente maltratada, el error está en ella.

Controla a su pareja porque sabe cuáles fueron sus problemas en la infancia y cree que analiza sus reacciones mentales y emocionales, por lo que puede estar dentro de su cabeza quiera o no. Además nada es más importante que lo que él siente, demanda que se le cuide, pero los sentimientos de la pareja no son importantes.

Se les hiere fácilmente pero cuesta mucho reparar el daño. Sin embargo si los sentimientos de ella son agraviados, insiste en que el incidente se olvide rápidamente.

[También te puede interesar: El fascinante y crudo corto que muestra el problema de la violencia sexual cotidiana entre parejas]

6. El play boy

Las mujeres han venido al mundo para satisfacer sexualmente a los hombres, especialmente a él. Pero considera que si las mujeres buscan sexo, son una “ligeras”, y las que rehúsan del sexo, son demasiado “estrechas”.

Se siente guapo, sexy e irresistible, y considera que no tiene sentido resistir la tentación, ya que en ocasiones son ellas quien le seducen y nada puede hacer al respecto. No puede tomarse en serio sus relaciones, porque no admite restricciones a su libertad. Su infidelidad es crónica, pudiendo ser cruel y desconsiderado con la pareja, especialmente si descubren sus infidelidades y se le confronta el maltrato puede escalar hasta las agresiones físicas.

7. Rambo

Piensa que huir de la violencia o mostrar miedo o pena se asocia con la homosexualidad o la feminidad, que son una categoría inferior. Por lo que la fuerza y la violencia son buenas.

Las mujeres están para servir a los hombres y ser protegidas por ellos.Tiene una visión exagerada de lo que significa ser hombres, “no es de hombres pegar a las mujeres excepto si su conducta lo requiere”, ya que la mujer es algo que le pertenece, como un trofeo, y por ello debe mantenerla a raya.

Este tipo de hombre es agresivo con todo el mundo, tiene poca paciencia con la debilidad, la fragilidad o la indecisión, y además se siente bien cuando intimida.

8. El terrorista

Piensa que las mujeres son malas, que hay que aterrorizarlas para que actúen de la manera más adecuada. No asimila, en general, que las mujeres puedan tomar sus propias decisiones de manera autónoma.

Su pareja no tiene derecho a desafiarle ni a abandonarle, ya que su vida está en sus manos. Así, la aterroriza para reforzar esta situación, él es el que produce el miedo para luego “salvarla”. Para infundir este miedo no tienen escrúpulos e incluso pueden llegar a utilizar a los hijos. Parecen sádicos, disfrutan causando dolor y siendo crueles, y pueden haber sufrido abusos en la infancia, donde aprendieron estos patrones conductuales, cognitivos y emocionales.

9. El enfermo mental o el adicto

Dice que la causa de todo lo que hace deriva de sus problemas psicológicos o adicción, por lo que no se siente responsable. Por tanto, si le echas en cara sus abusos, te considera una persona mezquina que no toma en consideración ni entiende sus problemas.

Si le desafías, puede tener una recaída y por tanto serás la persona responsable. Su enfermedad puede ser tratada, pero la curación no garantiza que finalice la violencia. Además suele ser inconsistente con la medicación, de lo que no se siente responsable, y que aumenta los riesgos de agresión.

Importante: Debe aclararse que Bioguía no da consejos médicos ni receta el uso de técnicas como forma de tratamiento para problemas físicos o mentales sin el consejo de un médico, sea directa o indirectamente. En el caso de aplicar con ese fin alguna información de este sitio, Bioguía no asume la responsabilidad de esos actos. La intención del sitio es solamente ofrecer información de naturaleza general para ayudar en la búsqueda de desarrollo y crecimiento personal.

Fuentes:

La Mente es Maravillosa

Investigación y Ciencia