Los pantalones nos quedan más ajustados y el espejo nos devuelve que estamos más "gordos" que antes. Pero la barriga inflada no siempre es sinónimo de un aumento en la grasa corporal. También puede tratarse de hinchazón o retención de líquidos.

Aquí te contamos cómo identificar qué es lo que te sucede y qué puedes hacer en cada caso.

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Retención de líquidos

El principal síntoma de la retención de líquidos es la sensación de hinchazón que se manifiesta en los brazos, piernas o abdomen. Si bien esto puede modificar los números de la báscula, la ganancia de peso es temporal. Es decir, que luego lo perderás.

Una prueba sencilla es presionar un poco con el dedo donde sientes hinchado. Si la piel mantiene la marca unos momentos, entonces puede que tengas retención de líquidos.

Esto se produce cuando el líquido intersticial (el que está en nuestro cuerpo por fuera de las células) no se encuentra regulado de forma equilibrada y entonces se acumula en los tejidos.

Puede ser provocado por problemas en el funcionamiento del hígado, de los riñones, del sistema linfático, entre otros. También puede tener su causa en el sedentarismo o en dietas con exceso de sodio, azúcares o alcohol.

Llevar una alimentación adecuada, beber agua y realizar actividad física ayudarán a eliminar la retención de líquidos cuando sus causas son leves.

Grasa

El exceso de grasa ocurre, en términos generales, porque se consumen más calorías (energía) de la que se quema.

Si es este el origen, y no otro problema de salud, lo que se recomienda es aumentar el gasto calórico, o reducir la cantidad que consumimos.

¿Qué hacer? Llevar una dieta equilibrada, reducida en azúcares y grasas no saludables, aumentar la cantidad de fibra y agua, evitar los alimentos procesados y realizar ejercicio regular.

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Hinchazón

Las causas de la hinchazón en la barriga pueden ser muchas, como: retención de gases, estreñimiento, intolerancia alimentaria, entre otras.

Si alguna de estas es la causa de la inflamación abdominal, la clave está en la alimentación: evitar las comidas que generan más gases, como las coles, o aumentar el consumo de fibras en los casos de estreñimiento, o acudir al médico para conocer cuál podría ser la intolerancia alimentaria.

En todos los casos, y siempre que dudes, consulta con un profesional de confianza que te dirá con certeza qué es lo que le está pasando a tu cuerpo

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Fuentes:

Vitonica