Como bien sabemos, un diente tiene tres capas: esmalte, dentina y pulpa. La pulpa contiene los vasos sanguíneos y los nervios. Los nervios muertos o moribundos en la pulpa pueden provocar la muerte de un diente.

Una vez que esto sucede, el diente finalmente se caerá por sí mismo. Sin embargo, puede ser peligroso esperar a que esto ocurra, ya que el diente puede infectarse y afectar la mandíbula y otros dientes.

Un diente está "muerto" cuando ya no fluye sangre por él. También se conoce como un "diente no vital".

¿Cómo saber si un diente está muerto?

No siempre es fácil identificar un diente muerto simplemente mirándolo. Sin embargo, hay dos síntomas principales de un diente muerto que pueden ayudar con el autodiagnóstico: el dolor y el cambio de color del diente.

Un diente que está muerto o muriendo puede conducir a un nivel variable de dolor, desde ser casi inexistente hasta extremadamente doloroso. El nervio moribundo o una infección suele causar un aumento en el dolor.

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Algunas personas se preguntan por qué experimentan dolor si el nervio está muerto. Sin embargo, el dolor no proviene del interior del diente sino de terminaciones nerviosas extremadamente sensibles alrededor de la parte exterior del diente, llamada membrana periodontal. Las bacterias y los restos de nervios muertos, o pus, se acumulan en la cavidad dentro del diente y ejercen presión sobre la membrana periodontal, lo que puede causar un dolor inmenso.

Cambio de color

Si el diente está muerto, a menudo tendrá un color más oscuro, y es posible notar una decoloración amarilla, gris o negra. Por lo general, se produce un cambio en el color porque los glóbulos rojos están muriendo. Es un efecto muy similar a los hematomas. La decoloración tendrá lugar si un diente muerto no se trata y su cambio de color aumentará con el tiempo.

Causas

Hay dos causas principales de un diente muerto: caries dental y trauma dental.

La caries dental comienza en la capa más externa del diente, pero con el tiempo puede causar caries que penetran en las capas más profundas. Si estas cavidades no se tratan, pueden llegar a la pulpa y crear una vía para que las bacterias entren en el diente y provoquen la muerte del nervio. La presión dentro de la pulpa aumentará, cortando el suministro de sangre, privando al nervio y matando la pulpa. Esto puede causar dolor intenso.

Si hay un trauma físico en el diente, como una lesión deportiva o una caída, los vasos sanguíneos pueden reventar, o se puede cortar el suministro de sangre al diente. Eventualmente, debido a que no fluye sangre al diente, el nervio y otros tejidos vivos dentro de la pulpa, morirán.

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Tratamiento

El tratamiento temprano para arreglar un diente muerto es vital. Incluso si una persona no siente dolor al principio, si sospecha que tiene un diente muerto, debe buscar atención médica, ya que podría ser extremadamente doloroso. Una radiografía ayudará al dentista a diagnosticar un diente muerto. Para su tratamiento, lo habitual es la extracción.

La Oral Health Foundation recomienda seguir una rutina para el cuidado dental: cepillarse los dientes antes de acostarse y al menos una vez más durante el día, limpiarse entre los dientes con hilo dental o un cepillo interdental al menos una vez al día, evitar alimentos y bebidas azucaradas e ir al dentista regularmente.

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Fuentes:

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