• "No quiero decir que no me importe".
  • "No es que no te quiera".
  • "No es que tenga miedo"
  • "No es que no tenga ganas".
  • "No es que te esté mintiendo".
  • "No es que no quiera verte".

Estas frases quizás te suenen familiares, o tal vez no. Todas ellas son ejemplos de la "denegación". Pero, ¿qué es eso?

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Denegación es un término propuesto por Freud, el padre del psicoanálisis, para definir a un mecanismo de defensa a través del que un deseo o pensamiento se expresa de manera negativa porque su existencia se niega.

De esta forma, para él, lo reprimido podía ser reconocido y traído del inconsciente al plano consciente sin ser aceptado; negándolo.

Para Freud entonces, ese "no" era solo una manera en que el paciente podía, de alguna forma, asumir lo que realmente quería o pensaba, superar la represión y traer a su decir algo que no fuese "lo correcto, adecuado o esperado" según su "yo".

Por eso, la denegación sería como decir: "Esto es algo que desearía poder reprimir".
En los ejemplos mencionados más arriba esto funcionaría así:
  • "No quiero decir que no me importe": "no me importa"
  • "No es que no te quiera": "no te quiero"
  • "No es que tenga miedo": "tengo miedo"
  • "No es que no tenga ganas": "no tengo ganas"
  • "No es que te esté mintiendo": "te estoy mintiendo".
  • "No es que no quiera verte": "no quiero verte"

Claro que esto siempre es muy personal y no puede generalizarse. Pero sí, como herramienta, puede servirte para detectar lo que realmente piensas, sientes o deseas y que, por alguna razón, no puedes o no quieres asumir.

¿Te ha pasado alguna vez?

Fuentes: