Kelly Glass es una mujer de 33 años que pasó por un proceso de fecundación muy sufrido que incluyó una intervención médica para tratar una endometriosis de estadio III. En total, le tomó un año a ella y a su marido concebir su bebé, pero la "pesadilla" apenas comenzaba.

Meses después, Kelly fue diagnosticada con hiperémesis gravídica, básicamente náuseas matutinas graves. La condición fue desgastándola física y emocionalmente a lo largo de los meses. Estaba exhausta y finalmente se lo confesó a su médica.

Su médica le hizo un test y le hizo rellenar un formulario, con cuyas respuestas determinó que Kelly sufría de depresión perinatal, es decir, depresión durante el embarazo, un problema que afecta a las mujeres millenial mucho más que a la generación anterior.

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Kelly está lejos de ser la primera mujer del mundo en sufrir depresión perinatal, pero es un problema que no se estudia comúnmente y que es opacado por su equivalente post natal: la depresión postparto, que afecta al 15% de las mujeres que acaban de ser madres.

Un estudio reciente publicado en el Journal of the American Medical Association concluyó que la depresión perinatal era 51% más frecuente en madres millenial (de la generación Y, nacidos aproximadamente entre los años 80 y el 2000) que en madres de la generación anterior.

"Existen pruebas de que la depresión puede estar en aumento entre mujeres jóvenes, y las madres jóvenes constituyen un grupo de alto riesgo, de modo que es un buen punto de partida", expone la doctora Rebecca Pearson, investigadora principal del proyecto.

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Según los expertos, el embarazo incrementa los factores de riesgo de depresión, especialmente para las mujeres con historia de problemas de salud mental, las que pasan por embarazos de alto riesgo y las que viven en ambientes estresantes.

Un estudio publicado en el Journal of Affective Disorders determinó que los millenial tienen una tasa de depresión mayor a la de cualquier otro grupo de eda. No hay respuestas definitivas, pero se estima que la soledad y las deudas por préstamos estudiantiles juegan un papel importante.

Adicionalmente, muchas mujeres temen decir lo que piensan y sienten por miedo a ser juzgadas y rechazadas por sus familiares, amigos, parejas o incluso sus propios médicos.

Las mujeres deben sentirse seguras de decir lo que sienten a sus parejas y familiares (Fuente: Shutterstock)

La solución a este problema debe incluir al sistema médico y sanitario. Se sabe que las mujeres que sufren de depresión perinatal presentan peores resultados en las pruebas de sus bebés, como el peso de su recién nacido.

Estos estudios y resultados demuestran que se trata de un problema complejo que combina muchos factores y cuya solución no es nada simple, pero los expertos concuerdan en que es necesario que las futuras madres se sientan seguras de decir lo que sienten sin presión de ser rechazadas.

Si estás embarazada y sientes algún síntoma de depresión, es necesario que se lo comuniques a las personas que te rodean, y que recibas apoyo médico especializado. Las madres que buscan tratamiento son más capaces de cuidar de sí mismas y de formar un vínculo sano con sus bebés.

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Fuente:

Huffington Post

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