Durante su período, muchas mujeres utilizan tampones porque creen que es más higiénico y cómodo que una toallita. Pero algunas mujeres un poco despistadas pueden olvidar cambiarlos cada 3 ó 4 horas, e incluso no recordar que los llevan puestos. 

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¿Qué podría pasar en estos casos? 

El llamado Síndrome de Shock Tóxico (SST) es una infección causada por un tipo de bacterias (Estafilococos Áureos). Las fibras sintéticas del tampón concentran las proteínas de la menstruación a un grado más elevado que el algodón y crean un ambiente físico-químico perfecto para la liberación de una toxina producida por las bacterias. 

Este Síndrome puede afectar órganos vitales y ser peligroso para la salud femenina.

¿Cuáles son los síntomas de este Síndrome?

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  • Fiebre alta
  • Vómitos
  • Náuseas
  • Diarrea
  • Cefaleas
  • Dolor muscular
  • Cambios en la orina
  • Baja presión sanguínea

Fue muy conocido el caso de la modelo californiana Lauren Wasser, que en el 2012 fue internada por un ataque masivo al corazón. Aunque encontraron un tampón olvidado en su vagina como el causante de su desequilibrio, la mujer perdió su pierna derecha y la mitad del pie izquierdo.

¿Cómo prevenirlo?

  • Cambiar los tampones cada 3 ó 4 horas.
  • Utilizar tampones de manera solo ocasional.
  • Leer las advertencias de los envases.

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Razones por las cuales sería mejor que ni siquiera usaras un tampón

  • Despiden un olor intenso y desagradable.
  • La mayoría contienen sustancias químicas que en grandes cantidades podrían llegar a ser cancerígenas.
  • Genera que las bacterias se acumulen y aumenta el riesgo de infecciones.
  • Los materiales con los que están hechos los tampones podrían incidir negativamente en la fertilidad de la mujer.
  • Mantendrás el pH y humedad de tu zona íntima, tal como lo sueles tener, sin alteraciones.
  • Evitarás el dolor o la incomodidad que podrían generarte.

Lo mejor que puedes hacer para cuidar tu salud íntima es registrar los cambios en tu cuerpo, realizarte chequeos regulares, e intentar respetar tu ciclo de la manera más natural que puedas, evitando mantener en contacto constante tu zona íntima con los productos químicos que en general poseen las toallitas higiénicas, protectores diarios y tampones.

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