El “mobbing” es un término que se refiere al acoso laboral y afecta a más personas de las que crees. Es una situación de violencia psicológica, que se sostiene en el tiempo; y, por lo general, la llevan a cabo de manera jefes o compañeros de trabajo.

No siempre presenta las mismas características, por eso hay distintos tipos de mobbing. La mayoría de ellos, lamentablemente, está tan normalizado que suele reiterarse como si fuera común en un ambiente de trabajo.

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Por eso es tan importante aprender a reconocerlo, y aquí compartimos contigo algunas señales para que estés alerta. Recuerda que, más allá de cualquier empleo o meta profesional que tengas, lo primero que debes cuidar y preservar es a ti mismo.

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Te tratan diferente

Tu jefe o ciertos compañeros tienen actitudes contigo en especial, y no con los demás. Te burlan, agreden, excluyen o son indiferentes.

Tu jefe se excede presionándote

Nos han enseñado a que debemos respetar, ante todo, la autoridad en el trabajo. Pero, muchas veces, quien tiene el poder en el marco de una relación laboral, suele agredir a su empleado, desvalorizarlo o presionarlo en exceso como si fuera una herramienta más de tu producción.

No te dan trabajo o te ocultan información

Si una empresa está buscando que renuncies, puede ser que intente que cometas un error para tener motivos para echarte sin abonarte tu indemnización. Por eso, puede ser que no te den trabajo, o te oculten información y tengas que constantemente preguntar; haciéndote tu día laboral un verdadero infierno donde ya sabes (y percibes) que no te quieren allí.

Tu jefe tiene hacia ti un trato deshumanizante

Es correcto que se te pida que cumplas con tus tareas en el trabajo, pero nadie debería, como decíamos en el punto anterior, tratarte como una cosa, llamarte "inútil", o gritarte.

Si además de estos tipos de acosos, el caso es hacia una mujer, las cosas pueden complicarse aún más; ya que un jefe o compañero de trabajo puede intentar manipularla, acosarla o presionarla de otras formas que agravan aún más la cuestión.

La situación de la víctima es muy difícil, ya que por lo general precisa el trabajo, pero al mismo tiempo le genera un daño psicológico que incluso puede llevar a: enfermedades intestinales, ataques de ansiedad, depresión, entre otros.

Además, es común que se busque hacer que la víctima crea que ella es la culpable de todo lo que le sucede, empeorando la situación.

Si crees que esto te pasa a ti o a alguien que conoces, asesórate por un profesional. Ante todo siempre está tu propio bienestar. Recurre a tu círculo íntimo, pide ayuda.

Fuentes:

La prensa grafica