La migraña es una enfermedad neurológica cuyo síntoma más característico es un severo dolor de cabeza. Sus causas pueden ser muy diferentes: sobreesfuerzo físico, comida, factores climáticos, falta de sueño y muchas más.

Según los estudios, en Europa y Estados Unidos el número de mujeres que padece de migraña prácticamente triplica al de los hombres.

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Un artículo publicado en la revista Brain revela que las afectadas por esta enfermedad presentan un engrosamiento en dos áreas del cerebro que no se detecta ni en personas sanas, ni en hombres con migraña.

En concreto, estos engrosamientos se producen en la ínsula posterior, un área relacionada con el dolor, y en el precuneus. Esta zona, aunque se ha relacionado recientemente con las migrañas, también podría ser el centro del cerebro que albergue la conciencia de una persona y el sentido del `yo´.

¿Cómo se traducen estas diferencias en la vida cotidiana? Para analizarlo, los científicos compararon la actividad del cerebro de voluntarios y voluntarias afectados de migraña mientras se les sometía a una experiencia dolorosa que consistía en tocar una taza de café muy caliente.

En las mujeres con migraña "estas zonas más gruesas se `hablaban´ y trabajaban juntas para responder al dolor", explica Nasim Maleki, del Hospital Infantil de Boston y de la Escuela Médica de Harvard.

Además, los investigadores comprobaron que, en respuesta al dolor, casi todas las estructuras que respondían más fuerte en las mujeres formaban parte de los circuitos emocionales. "En los hombres, cuando viene el dolor, el cerebro dice `¡au!'. En las mujeres, el cerebro dice `¡aaaaaaaauuuuu!'", ha explicado Maleki.

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Para los expertos, estos resultados podrían explicar la causa de que la proporción de mujeres con migraña que acaban experimentando ansiedad o depresión sea mayor que la de hombres.

Además, estas diferencias se deberían tener en cuenta a la hora de desarrollar terapias contra la enfermedad. "Se debería prestar más atención al género", advierte Maleki. "Casi todos los estudios en animales se han hecho con machos, y las mujeres están poco representadas en las investigaciones clínicas".

Fuentes:

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El Confidencial