En tu orina hay plástico. Si esto te sorprende, espera a saber cómo llegó hasta allí. La contaminación que vemos en los mares, en el aire o en las calles no es algo que está "por fuera" de nosotros.

“Vivimos rodeados de contaminantes que pueden hacernos enfermar”, señala al respecto el investigador Miquel Porta. En general, esos contaminantes son expulsados por el cuerpo, pero al no dejar de estar expuestos, volvemos a incorporarlos al poco tiempo. Es por eso que al convivir con los residuos plásticos que nos rodean, la mayoría de nosotros orina residuos plásticos diariamente, aunque no lo sepa.

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De acuerdo al mismo investigador, en el cuerpo tenemos "Varios tipos de bisfenoles, ftalatos y PFAS (sustancias utilizadas como plastificantes y en juguetes, adhesivos, pinturas, esmaltes de uñas...)" que ingerimos a través de "los alimentos y sus envases: plásticos que envuelven alimentos o que en algún momento se han calentado. Hay una migración de sustancias con acción hormonal desde el plástico al alimento; de este, a tu cuerpo, y del cuerpo a la orina".

Muchos de los ftalatos, por ejemplo, son disruptores endocrinos, es decir, imitan la acción de las hormonas, y pueden generar problemas como el hipotiroidismo.

El bisfenol A, por su parte, también es un disruptor endócrino que se encuentra en envases de plástico y latas de conserva, entre otros, y rápidamente contamina lo que toma contacto con él. Al bisfenol A se le asocian enfermedades como el cáncer de mama y la diabetes.

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¿Cuál es la solución?

Mudarnos de planeta no es la opción. Vivimos en un mundo donde la contaminación por residuos plásticos es de las más masivas y preocupantes. "Cada generación tiene su sello tóxico; la de ésta son los plásticos", señala el investigador en una entrevista.

Pero tú puedes ayudar cambiando tus hábitos: reduce el uso de plásticos (intenta evitar comprarlos o consumirlos); escoge alimentos orgánicos; ventila tu casa; desinfecta lo que comes; ¡y haz correr la voz! Quizás pensando a la contaminación como algo que nos afecta internamente haya más personas que dejen de concebirla como un problema secundario y comiencen a tomar cartas en el asunto.

Fuentes:

La Vanguardia Natural

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