Llevar una buena postura lo es todo. No solo ayuda a cuidar la columna y darle espacio a los órganos internos, sino que además puede incluso mejorar el aspecto exterior.

No hay nada mágico en esto; sino un principio muy concreto. La manera de ejemplificarlo es muy sencilla. Posiblemente alguna vez te tomaste una fotografía y percibiste que en cierta postura te veías más flaco o delgado que en otra. Lo mismo pasa con muchas personas en las redes sociales como Instagram. Una buena postura lo es todo. Alguien de contextura pequeña puede no parecerlo si se coloca en un mala posición; y viceversa.

Fuera de las fotografías sucede lo mismo. Si llevamos una buena postura puede hacernos ver mucho más estilizados/as; incluso más flaco/as.

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¿Cuáles son las claves?

Por lo general, la mayoría de nosotros tenemos una mala postura, producto del trabajo que realizamos todos los días. Es común que el pecho se encuentre cerrado; los hombros, elevados; y la pelvis no se alinee de forma correcta.

Si quieres verte más flaco/a, más allá de las rutinas de ejercicio y alimentación que se recomiendan, cuida tu postura.

Debes pensar en tu abdomen como si fuera una faja que te sostiene constantemente. Los hombros deben estar colocados; el pecho, abierto; el ombligo, hacia adentro; y de la boca de tu estómago tiene que "salir" (imaginariamente) un hilo que recorre tu cuerpo hacia arriba, como si alguien lo estirara hacia al cielo desde la tapa de tu cabeza.

Mira las imágenes a continuación y comprueba qué diferente puede hacerte ver una buena o una mala postura.