En algún momento de nuestras vidas hemos notado que en nuestro campo visual hay unas manchitas blancas o gusanitos que a la vista de otros por más que les decimos dónde se encuentran no lo pueden detectar y menos si nos vemos en un espejo.

Se presume que casi un 70% de las personas han tenido esa sensación que más que ser una “basurita” puede ser algo grave. Esas manchas son llamadas ‘miodesopsias’, aunque los antiguos romanos los llamaban “moscas volantes”. Pueden representar una mayor preocupación en personas de avanzada edad.

Son un defecto ocular que se manifiesta en la visión como un conjunto de manchas, puntos o filamentos (a veces en forma de telaraña). Y, aunque lo pueda parecer, no se trata de ilusiones ópticas. Están realmente ahí, dentro de tu ojo.

¿De dónde salen las “moscas volantes” ?

Al frente de tu ojo está la córnea, y detrás de ella el iris (la aureola de color) y en el centro de ésta la pupila (el punto oscuro). Todos ellos conforman la cámara anterior del ojo. Y allí se encuentra también un líquido transparente llamado humor acuoso.

La retina es una capa de células sensibles a la luz. Cuando las neuronas que forman la retina se excitan con la luz envían una señal al cerebro por medio del nervio óptico. La señal consiste en información sobre lo que el ojo ha registrado.

Pero entre la superficie de la retina y la cara posterior del cristalino hay todo un mar de líquido gelatinoso y transparente llamado humor vítreo.

A diferencia del humor acuoso, el vítreo nunca se repone, moriremos con la misma cantidad de humor vítreo con el que nacimos. Esto significa que si algún cuerpo extraño (sangre u otras células) llegan hasta él, se quedarán allí.

A medida que nuestra edad avanza, la sustancia vítrea se vuelve cada vez más líquida. Y cuando esto pasa, las partículas sólidas que se encuentran en ella se pueden agrupar.


Cuando estas pequeñas partículas pasan a través del ojo y bloquean la luz, proyectan pequeñas sombras en la retina.

Esas sombras son las manchas que vemos nosotros suspendidas en nuestro campo visual, como si fueran moscas.

Para algunos oftalmólogos del Reino Unido, ésta condición es considerada benigna, pues pueden desaparecer eventualmente o la mayoría de personas se acostumbran a vivir con ellas.

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Pero para otro grupo importante de oftalmólogos, este fenómeno es más grave de lo que aparenta.

1. Si la aparición es frecuente en las personas mayores, podría representar una señal de desprendimiento progresivo de la retina, cuya consecuencia más grave es la ceguera. A pesar de existir tratamientos láser para esto, aún no están 100 % aprobados por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), por lo que su tratamiento aún no es seguro.

2. Otra forma de tratarlos es cambiando el líquido natural de nuestras retinas (humor vítreo) por una solución salina. Obviamente esto representa un riesgo de cataratas, por ello este tratamiento es utilizado cuando las ‘moscas voladoras’ han atacado gravemente la visión.

Nuestros ojos son muy importantes y a veces menospreciamos esas molestas manchas, porque son pasajeras. Si hace mucho tiempo no visitas a tu oftalmólogo, no esperes a último momento y empieza a cuidar tu vista desde ahora.

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