La cultura japonesa ha conservado tres claves para ser la sociedad disciplinada y organizada que son actualmente.

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En la cultura japonesa, las 3 claves de la disciplina son: el orden, la limpieza y la puntualidad.

Orden

La organización lleva dos cosas: ahorrar tiempo y ganar en eficiencia. En la vida diaria esto tiene una mayor connotación: Una casa organizada es un hogar en armonía. Una escuela donde cada maestro, alumno y personal tiene claras sus funciones, mejora el desarrollo del trabajo cotidiano.

El orden no solo se limita al horgar, la organización en un entorno laboral, pequeña o gran empresa, le permite optimizar las tareas, actuar con mayor presteza respondiendo a los desafíos.

Limpieza

En la cultura japonesa, la limpieza es algo más que eliminar suciedad de los espacios, es también ofrecer equilibrio a las vidas.

Hoy son conocidas figuras como Marie Kondo y su método para ordenar y limpiar casas, sin embargo, en Japón la limpieza es algo más que una moda.

Todo lo sucio y lo desordenado afecta al bienestar y a la propia mente, por ello, es necesario llevar a cabo una serie de pasos para devolver esa armonía a todo espacio.

Para mantener la limpieza, los japoneses ponen en práctica desde pequeños una estrategia conocida como las cinco “s”:

  • Seiri: tirar aquello que ya no es útil ni deseado.

  • Seiton: cada cosa debe tener su lugar, un espacio exclusivo.

  • Seiso: cada persona, incluidos los niños, deben asegurarse de mantener limpios todos los espacios, tanto públicos como privados.

  • Seiketsu: tener unas normas estandarizadas de limpieza, una reglas claras y entendidas por todos.

  • Shitsuke. Este término significa también “disciplina” e implica cumplir con lo anterior diariamente.


Puntualidad

En la cultura japonesa, otra de las claves de la disciplina es la puntualidad. Para ellos, no implica solo cumplir con los horarios, acudir a nuestras citas en la hora exacta establecida previamente. Va mucho más allá de la vida diaria.

Significa también ser firmes con nuestros propósitos. Es marcarse una meta y cumplirla. Se refiere a plantearse una serie de objetivos cotidianos y realizarlos con eficacia y presteza.

Fuentes:

La Mente es Maravillosa