A pesar de que las discusiones y los desacuerdos son parte inevitable de la interacción humana, es imprescindible procurar tratarlas con gran precaución y calma. De lo contrario, pueden convertirse en un conflicto que se sale de control y se convierte en una pelea.

Ciertos tipos de relaciones, como las de los hermanos y hermanas jóvenes, pueden resistir una cierta cantidad de conflictos sin herir el vínculo, pero cuando sucede entre parejas, es mejor tomar todas las precauciones posibles y asegurarte de tener la discusión más razonable posible.

Para evitarte conflictos innecesarios, puedes aplicar estos cinco consejos sobre el manejo prudente de las discusiones.

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pelea pareja

Maneja la violencia

No solo la violencia física (que es completamente inaceptable), sino también la violencia verbal y las actitudes agresivas y beligerantes. Si planteas una queja de manera grosera, ruidosa e innecesariamente agresiva, es muy difícil que las cosas terminen bien. Mide tu planteo de antemano y así evitarás muchos conflictos que nunca debieron haber sucedido.

Ponle frenos a la discusión

En ciertas ocasiones, la pelea de pareja es como un choque de automóviles: ambos van aumentando y aumentando la velocidad hasta el impacto se vuelve inevitable. Si ves que la discusión empieza a tomar la dirección equivocada, puedes tratar de ponerle un freno antes del choque.

Con solo pausar unos segundos y pedirle a tu pareja que ambos se calmen puedes evitar una pelea de la cual ambos podrían salir heridos. Por supuesto, tú conoces a tu compañera y sabes cuál es la mejor manera de detener el conflicto.

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Evita las críticas y las burlas

La mayoría de las veces, las críticas durante una discusión hacen referencia a algo que sucedió anteriormente, y con frecuencia generalizan un problema y lo empeoran. Por ejemplo, en medio de la discusión, uno de los dos dice, fuera de contexto: "no limpiaste el cuarto ayer, nunca lo haces".

Inevitablemente, el otro se defenderá de la crítica (que muchas veces es total o parcialmente injusta) y esta dinámica pocas veces lleva a una discusión productiva.

Un hombre y una mujer sentados de espaldas

Habla de ti

Esto está relacionado con el punto anterior. Cuando planteas una queja o una insatisfacción, es mejor hablar desde tu perspectiva y no de las faltas del otro. Es mejor hablar de cómo las acciones de tu pareja te hicieron sentir, que abrir la discusión con una recriminación.

Puede que tengas razones para estar molesto y quejarte por lo que pasó, pero es mejor partir de la explicación calmada de lo que sentiste ante esta o aquella acción. De esta manera, es más probable que tu pareja te escuche.

La indiferencia mata

Es difícil discutir de manera productiva con alguien que no hace ningún intento por hallar la solución. Cuando tu pareja te ignora al tratar de llamarle la atención a una situación que te tiene insatisfecho, a veces simplemente no puedes hacer nada y es una muy mala señal. Obviamente, la apatía ante la pareja debe evitarse a toda costa.

¿Tienes otras estrategias para evitar las peleas de pareja?

Fuente:

Clarín