Lamentablemente, la necesidad de conseguir un empleo en el mundo actual hace que muchas veces soportemos cosas que no están bien. Por ejemplo, al momento de participar en una entrevista laboral, permitimos que se nos pregunte todo tipo de cosas.

Especialmente las mujeres somos sometidas a todo tipo de cuestionamientos que nada tienen que ver con nuestra aptitud para el trabajo. En cambio, nacen de un prejuicio sobre el rol de la mujer, y muchas veces conducen a diferencias salariales y otro tipo de injusticias.

Pero lo más importante en estos casos es saber que estas preguntas no deberían hacerse en una entrevista laboral, y estás en tu derecho de no contestarlas. Incluso, de acuerdo a la legislación de muchos países, son ilegales.

Saber es poder, por eso, la próxima vez que vayas a una entrevista laboral, ten en cuenta que jamás deberían hacerte estas preguntas.

1. ¿Qué edad tienes?

Si has armado tu CV conciencia, posiblemente la respuesta a esa pregunta esté bastante clara. Sin embargo, muchos empleadores la utilizan para intentar convencerte de que tu edad no es la adecuada y, en caso de contratarte, darte un sueldo más bajo.

Sucede especialmente con los más jóvenes, que no tienen experiencia y están buscando su primer empleo.

Pero debes saber que ni tu edad, ni el hecho de que sea tu primer empleo justifican darte un sueldo menor por el mismo trabajo.

2. ¿Estás casada o en pareja estable?

Lo que hagas con tu vida personal no tiene por qué ser de la incumbencia de ningún empleador, ni te hace más o menos capaz para ocupar un puesto.

Ni las solteras son unas máquinas de trabajar, ni las casadas van a descuidar su trabajo por la familia. Si un empleador piensa así, en esa empresa hay muchos prejuicios.

3. ¿Tienes hijos? ¿De qué edad?

No se puede negar que una madre lo daría todo por sus hijos. Posiblemente por eso, necesita el trabajo. Suponer que una mujer que es madre descuidará su trabajo o será menos productiva es, otra vez, un prejuicio.

Además de ser una injusticia, y una terrible desigualdad. ¿O acaso alguien le hace esa pregunta a un hombre? Suponer que es la mujer siempre la que se hará cargo de los niños es una machista costumbre de muchos empleadores, que habría que erradicar de una vez.

4. ¿Cómo equilibras tu vida personal con la laboral?

“Exactamente igual que todo el mundo. En mi horario laboral me dedico a mi trabajo, y el resto del día a mi vida personal”, esa es una buena respuesta para una pregunta poco seria.

5. ¿Estarías cómoda trabajando en un equipo mayoritariamente masculino?

En primer lugar habría que preguntarse por qué el equipo sería mayoritariamente masculino. ¿Acaso las mujeres no son la mitad de la población?

En segundo lugar, la pregunta no viene a cuento. Si los hombres de ese equipo entienden que una mujer es su igual, no habría por qué sentirse incómoda. ¿No?

6. ¿Cuáles son tus medidas?

Si te parece increíble esta pregunta, deberías saber que muchas veces se hace. Y no necesariamente porque tenga que ver con el trabajo. Excepto que se trate de un trabajo de modelaje o para interpretar un papel en una película, tu talla no debería interesarle para nada a tu futuro empleador. ¿Qué pueden tener que ver tus medidas con tu capacidad para llevar adelante un trabajo?

Muchas veces en las propuestas de trabajo se usan eufemismos como “buena presencia”, para decir, en realidad, que buscan chicas que entren dentro de los cánones de belleza establecidos. Buena presencia se puede tener más allá de la talla, al igual que cualquier tipo de aptitud.

Por eso, no deberías permitir que se te hagan ese tipo de preguntas en una entrevista laboral.

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Fuentes:

Buzzfeed