Desde que somos pequeños nos imaginamos la vida adulta cargada de idealización y expectativas. Soñamos, proyectamos y, al mismo tiempo, reproducimos lo que vemos en los adultos que nos rodean.

Pero cuando crecemos nos damos cuenta que en la vida adulta poco hay de esa idealización. Además, los tiempos van cambiando y ya no queremos ser como esos adultos que observábamos de pequeños. Queremos armar nuestra propia historia.

[También te puede interesar:¿Qué hay en esta imagen? Tu respuesta te dirá la edad de tu alma]

Tampoco es lo mismo tener 20 y contar con una energía que parece infinita; que tener 30, donde en los momentos de disfrute, los vínculos y las experiencias empieza a ser más importante la calidad que la cantidad.

[También te puede interesar: La historia de amor entre un joven de 19 años y una mujer de 72]

¿Qué cosas en la vida aprendes a partir de los 30?

1. Los amigos de verdad los puedes contar con la palma de la mano

La popularidad, a los 30, ya es cosa del pasado. Ya no te importa tener más de mil amigos en facebook, o planificar reuniones con más de 20 personas todos las semanas. Ya has pasado momentos complicados en la vida, y sabes que con quienes puedes contar no son muchos, pero valen oro. Prefieres cuidar esos vínculos, donde te sientes cómodo con quién eres y no tienes que aparentar nada; que tener mil amigos desconocidos.

2. Hay sábados en donde el mejor plan es quedarse en casa

Cuado tienes 30 años ya no te sientes mal si un fin de semana no quieres salir; o si las discos han quedado para ti en el pasado. Hay veces que el mejor premio después de una semana agitada es quedarte en tu casa, solo o acompañado, mirando una película, comiendo algo que te gusta y descansando cómodamente.

3. El amor puede no ser para siempre

La visión del amor para siempre y las parejas eternamente felices han quedado, para ti, en las películas. Ya te has enamorado, y ya has sufrido por amor. Ahora buscas el amor real, ése que realmente te hace feliz de una forma simple. No necesitas de grandes de escenas de amor para comprender que amas a alguien; o que alguien te ama a ti.

4. Cuidarte no es una tontería

Quizás cuando eras chico te molestaba que los adultos te quisieran abrigar, llevar al médico, etc, etc. Pero cuando cumples los 30 años te das cuenta que eso que hacían es algo que tienes que hacer contigo mismo, y que nada tiene de tontería. Si hace frío, la moda ya no te importa, lo importante es cuidarte. Si estás mal del estómago, no te cuestionas qué pensarán de ti si no bebes en una fiesta. Eres tu prioridad y lo has entendido.

5. Nadie va a hacer por ti lo que tú no haces por ti mismo

Algo muy común cuando eres más joven es depositar en el otro responsabilidades, deseos, etc, etc. ¡Así es más fácil poder asumir que las cosas salen mal! Pero cuando cumples 30 años comprendes que todo depende de ti mismo. No hay nadie que haga por ti lo que tú no haces por ti mismo. Y esto vale para todas las cosas: desde lo más pequeño, como pedir ayuda, hasta lo más profundo, como hacerte cargo de quién quieres ser en verdad.

6. No valen la pena las peleas eternas

Cuando creces, estar peleados para siempre te parece algo de niños. Los problemas se hablan y se arreglan. Y si algo es realmente irreconciliable, lo entiendes como una señal de que tu camino y el de esa persona tomaron rumbos diferentes; pero no le guardas rencor eterno.

7. El éxito es personal

Al cumplir 30 años entiendes que el éxito no es lo que esperan de ti, sino lo que tú esperas de ti mismo. No hay nada escrito sobre quién debes ser o hacer; solo eres tú el que debes elegir hacia dónde quieres llevar tu vida. No importa qué opinen los demás, sino lo que tú creas que te hace feliz.

¿Qué otras lecciones quieres agregar?

Fuentes:

CulturaColectiva