¿Quién no ha tenido alguna vez un desamor? ¿A quién no le han roto el corazón?

El amor puede ser uno de los sentimientos más intensos y profundos que existen, pero cuando no es correspondido puede doler, generar angustia, tristeza, frustración, o enojo.

A veces expresarle a la otra persona esto y obtener un "NO" como respuesta puede ser muy duro. Incluso puede pasar que ese "NO" lo recibamos dentro de una pareja que ya pensábamos conformada.

En ambos casos, algo no se da como esperamos. Pero es importante que logremos aceptarlo y soltarlo, para no caer en la obsesión de querer que el otro nos corresponda como si fuera un capricho.

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  • Aceptar el "no" del otro es respetarlo, es entender su decisión, aún si no la compartimos.
  • Aceptar el "no" es soltar algo que no pudo ser, al menos en el aquí y ahora.
  • Aceptar el "no" es no insistir, dar espacio al otro y no obsesionarse.
  • Aceptar el "no" es tener el suficiente amor propio para saber que con eso no se acaba el mundo.
  • Aceptar el "no" es trabajar el desapego.
  • Aceptar el "no" es afianzar la propia seguridad en uno mismo y en lo que es.
  • Aceptar el "no" es entender que la valoración de uno mismo no depende del otro.
  • Aceptar el "no" es saber que así como eso no pudo ser, SÍ podrá ser otra cosa que está ahí, esperándonos.