¿Tienes un viaje en mente y necesitas juntar algo de dinero? ¿Piensas dejar tu trabajo para dedicarte a tu propio proyecto? ¿O quieres tener un pequeño fondo de emergencias?

Sea cual sea tu necesidad, siempre es bueno ahorrar. Pero a veces el contexto no ayuda, y a ti, además, te parece imposible no hacer algunos gastos. Pero… ¿De verdad no tienes ningún gasto innecesario?

Primero, intenta identificar aquellos gastos que día a día se roban tu dinero. Puedes anotar todo lo que gastas durante una semana, por ejemplo, y evaluar a partir de allí. Luego, hay que trabajar por eliminar algunos.

En ese momento es cuando tu mente opondrá resistencia. ¡A ella no le gustan los cambios! Por eso, puedes usar algunos trucos para engañar a tu mente de forma que ahorrar te resulte más sencillo.

1. Posterga los gastos

Seguramente alguna vez te pasó esto: luego de ver algo roto en tu casa, has dicho “mañana lo arreglo”; y hasta el día de hoy, no lo has arreglado.

Estamos acostumbrados a postergar todo el tiempo. Pero, en general, postergamos más lo desagradable, aquello que no nos gusta.

Cuando se trata de ahorrar, postergar es una buena idea. Si te dices “nunca más compraré esto”, seguramente la ansiedad te gane y cada vez tengas más deseos de comprarlo. Pero si dices, “mejor lo compro mañana”, tu mente se quedará tranquila.

Así, de a un día a la vez, tal vez llegue el día en que ya no lo quieras.

2. Crea hábitos nuevos en vez de eliminar los viejos

Crear un hábito es más fácil que eliminar uno. Sino, pregúntale a alguien que haya dejado de fumar qué le costó más, si comenzar a fumar o dejar de hacerlo.

Por eso, si por ejemplo un gasto que quieres eliminar es el dulce que compras todos los días para el postre, puedes intentar hacerte el hábito de comer una fruta en su lugar (que, además de barato, es mucho más sano).

No te concentres en lo que estás dejando, sino en lo nuevo. Lo mismo si quieres dejar de pagar la suscripción a la TV de pago. ¿Qué tal si empiezas leyendo un libro cada noche, en vez de mirar televisión?

Así, eliminar el gasto extra se terminará dando de forma natural, y no se sentirá como una carencia.

3. No te compares

Mira, siempre habrá alguien que tenga más que tú. También alguien más pobre. Y también, habrá quien ame llevar ropa de marca y quien ame viajar.

¿A ti qué te gusta más? ¿Vestir bien o viajar? ¿Tener una casa bonita o pasar tiempo con tus amigos?

Cualquier respuesta es igual de válida. Lo que importa es que tomes tú la decisión, y no la tomen los demás por ti. Concéntrate en lo que quieres tú, e intenta no gastar dinero en lo que quieren los demás.

Si quieres, allí donde anotaste los gastos de toda la semana, puedes marcar cuáles de esos gastos en realidad los hiciste para contentar a otra persona, o para competir con alguien más.

¡Esos son los primeros que se tienen que eliminar!

4. Usa el lenguaje a tu favor

Tu mente toma como verdaderas muchas cosas que no lo son, sólo porque lo repites una y otra vez. Si dices “soy pobre, no puedo comprar esto”, te sentirás fatal, y en realidad sentirás el esfuerzo que estás haciendo como un castigo.

Sin embargo, tú quieres ahorrar para algo mejor, ¿No?

Entonces, mejor, enfócate en ello. En vez de lamentarte, repite frases tales como “¡Qué bien! Este mes ahorré lo suficiente como para encarar los primeros pasos de mi proyecto. ¡Soy genial”.

Recuérdale a tu mente lo importante que es lo que estás haciendo, para que sea más fácil seguir adelante.

5. Recuerda que no eres lo que tienes

Finalmente, una sugerencia: intenta alejarte un poco de la publicidad. En general, todo lo que vemos nos hace creer que somos mejores si tenemos mejores cosas.

Eso lleva a que te ahogues en deudas o no puedas hacer lo que más te gusta, porque usas todo tu dinero en cosas innecesarias. Recuerda que no vales por lo que tienes, vales por lo que eres.

Disfruta más la vida y trata de hacerla más sencilla, verás cómo terminas ahorrando sin darte cuenta.

Fuente:

Frugal y abundante