En los últimos días, el estado de California ha experimentado cientos de terremotos. Al 12 de julio, la página oficial de la Ciudad de Los Angeles ha registrado 767 terremotos superiores a 1,0 en intensidad en las últimas 24 horas.

Esta serie de terremotos, los más intensos en los últimos 20 años, han revivido la posibilidad del temido "Big One" (El Grande), un terremoto de intensidad cercana a 8,0 en la "escala de magnitud de momento", usada para medir la energía liberada durante un terremoto.

El Big One ocurriría inesperadamente y causaría daños devastadores sobre la estructura de las ciudades cercanas, así como cientos o miles de muertos, y decenas de miles de heridos. Se estima que el ocasionaría unos 200 mil millones de dólares en daños materiales.

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Según los geólogos que estudian la zona, no se trata de si ocurrirá o no, sino de cuándo. Ese es el nivel de certeza que tienen los expertos de que un terremoto devastador arrasará con las grandes áreas metropolitanas de California.

"Usamos el término Big One para referirnos a un terremoto muy grande en la falla de San Andrés, un evento de magnitud 7,8 u 8", declaró Lucy Jones, sismóloga de referencia en la región.

La falla de San Andrés es una falla geológica de 1.300 kilómetros de longitud que recorre el estado de California de norte a sur y cruza la frontera hacia el estado mexicano de Baja California. La falla forma el límite entre la placa tectónica Norteamericana y la del Pacífico.

Es una falla imponente y muy activa. Es también una de las más estudiadas del planeta, ya que se encuentra casi en su totalidad sobre la superficie terrestre. Por si fuera poco, un terremoto que se desate sobre esta región amenazaría directamente a grandes ciudades como Los Angeles, San Francisco y San Bernardino.

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Muchos de los terremotos registrados desde la semana pasada han ocurrido en los alrededores de la localidad de Ridgecrest, que tiene 30.000 habitantes y se encuentra a 240 kilómetros de Los Angeles. Fue cerca de allí donde se dio el mayor terremoto de la región en los últimos 20 años, con 7,1 de intensidad.

El epicentro estuvo a 18 de kilómetros de Ridgecrest, pero se sintió a más de 500 kilómetros de distancia en el estado de Arizona. El terremoto fue tan potente que dividió carreteras y dejó una fisura en el desierto que puede ser vista desde el espacio.

Estos eventos parecen anticipar la llegada del temido Big One a California, pero lamentablemente los expertos no pueden determinar con exactitud cuándo ocurrirá.

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A pesar de toda la anticipación, no sería la primera vez que la falla de San Andrés cause estragos en la zona. En 1906, un terremoto causado por movimientos sísmicos de la falla causó 3.000 muertos y devastó la ciudad de San Francisco.

Sin embargo, el terremoto más potente registrado en la región ocurrió en 1857. Los expertos que estudian la falla de San Andrés determinaron que muestra actividad sísmica intensa en intervalos de 150 años, así que todo indica que en las próximas décadas se debería esperar la llegada del temido Big One.

Fuente:

BBC Mundo