En la actualidad, el diagnóstico del alzhéimer se realiza muy tarde y es poco preciso, lo que dificulta el éxito al ensayar fármacos.

De hecho, los tratamientos actuales para el alzhéimer mejoran temporalmente los síntomas de pérdida de memoria y problemas cognitivos. Sin embargo, no detienen el deterioro y la muerte de las células cerebrales.

Ahora con un análisis de sangre, el neurólogo podrá saber la probabilidad de desarrollar alzhéimer de cada paciente gracias a ADmit Therapeutics, una spin off del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), que ha desarrollado un test basado en biomarcadores de ADN capaz de identificar el alzhéimer antes de que se manifieste. Se espera que llegue al mercado a finales de 2023.

El test de sangre para el diagnosticar alzhéimer

El diagnóstico del alzhéimer suele llegar en la fase moderada, “con un retraso de entre 12 y 24 meses, una vez han aparecido los síntomas”, asegura Marta Barrachina, doctora en Bioquímica y especialista en enfermedades neurodegenerativas del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge.

No se trata de un test de uso común para la población, como los que se están usando para la covid por ejemplo.

El test será útil para el propio paciente pero también, y sobre todo, para médicos y farmacéuticas porque si los fármacos se ensayan con los pacientes adecuados, tendrán más probabilidades de éxito. Es decir, será importante para “lograr fármacos curativos”, aclara Marta Barrachina.

“Servirá para seleccionar mejor qué pacientes entran en los ensayos clínicos lo que a su vez permitirá demostrar la eficacia de los fármacos que están en estudio”, declara la investigadora principal del estudio, Marta Barrachina.

Sin embargo, no es el único test que diagnostica el alzhéimer a partir de muestras de sangre, pero los que hay hasta ahora no sirve para determinar una detección precoz, porque lo diagnostican en fases ya avanzadas. El suyo sí valdría, e introduce una novedad: unos marcadores epigenéticos.

Para el paciente, este test supone un simple análisis de sangre, que se procesa en el laboratorio, como cualquier otro. Pero en este, se extrae la sangre, se secuencia el ADN y se miran esos biomarcadores concretos. El resultado que le dan es “un porcentaje de progresión a enfermedad de alzhéimer”. Es decir, “la probabilidad de tener alzhéimer”.

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Los marcadores epigenéticos

La epigenética estudia estos cambios químicos en el ADN, porque pueden estar en el origen de ciertas enfermedades. ¿De qué hablamos con esto? “Hablamos de modificaciones químicas de unas regiones concretas del ADN”, explica Barrachina.

Hace seis años que Barrachina y su equipo identificaron ciertos biomarcadores que aparecían en etapas iniciales del alzhéimer.

Primero los descubrieron post-mortem, estudiando a pacientes ya fallecidos. El paso siguiente fue llevar el estudio a pacientes vivos analizando “muestras de sangre de pacientes con quejas de memoria”, personas que acuden al neurólogo por pequeñas pérdidas de memoria que pueden ser señal de algo más.

¿Pero cómo la calculan la probabilidad de tener alzhéimer? “Con los biomarcadores no basta, han de ser analizados con un algoritmo predictivo, que es el que da esa probabilidad de alzhéimer”, explica la investigadora. Estos científicos han creado ese algoritmo que se alimenta de esos marcadores epigenéticos que están modificados.

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Actualmente, la investigación se encuentra en fase de validación clínica y aspiran a realizar el test en 760 pacientes para cumplir con el requisito regulatorio que establecen la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y la estadounidense (FDA).

Fuente: La cara buena del mundo